Alonso Quijano
En respuesta al nuevo incremento de aranceles anunciado por Estados Unidos, el Gobierno de China decidió ajustar su propia tarifa sobre productos estadounidenses, elevándola del 84% al 125% a partir del 12 de abril. La medida, anunciada por la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado, busca responder a lo que el Ministerio de Finanzas chino calificó como “una práctica unilateral de intimidación y coerción” por parte de Washington, acusando a la Casa Blanca de violar normas económicas internacionales y usar el comercio como arma política.
No obstante, China advirtió que esta será su última reacción, asegurando que con los niveles arancelarios actuales, las exportaciones estadounidenses ya no tienen aceptación en su mercado interno. “Si Estados Unidos continúa jugando con los números, China simplemente lo ignorará”, sentenció un portavoz del Ministerio de Comercio, quien además calificó los aranceles como un “juego sin relevancia económica práctica”. Pekín reiteró su disposición al diálogo bajo principios de respeto mutuo y beneficio compartido, aunque dejó en claro que no cederá ante amenazas ni chantajes comerciales. “En una guerra comercial, nadie gana”, concluyó el funcionario.
