25 de mayo de 2016
En los últimos años, el PRI ha sido secuestrado por un grupo de políticos que utilizan la traición como estrategia para hacer política. No debemos olvidar que desde el sexenio de Manuel Ángel Nuñez Soto se comenzaron a fraguar diversas fracturas al interior del Partido Revolucionario Institucional con la finalidad de debilitar al grupo Huichapan y al Ex Gobernador Jesús Murillo Karam.
De esta forma el grupo político del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se afianzo en el poder. Golpearon al grupo Huichapan, al grupo Universidad y a Murillo Karam, para quitarles el control del gobierno. Durante este golpeteo, los osoristas se aprovecharon de la situación para remarcar las divisiones y encumbrarse como la fuerza política con mayor peso en el Estado de Hidalgo.
Sin embargo, los políticos desplazados nunca se percataron de que las divisiones entre ellos fueron completamente planeadas desde cuarto piso; de hecho, durante el sexenio de Osorio Chong, Murillo perdió la elección de senador y el PRI perdió el mayor número de presidencias municipales de la historia de Hidalgo; de esa forma se sacudieron y dividieron a todos los grupos políticos.
Hoy en día sucede lo mismo, el Presidente del PRI en Hidalgo fue el encargado de clavarle una puñalada por la espalda al gobernador Francisco Olvera, para ejecutar las ordenes de la SEGOB, seleccionando a todos los candidatos priístas que perderán la elección el próximo 5 de junio, mientras en el plano federal, el efecto Peña Nieto crece como una bomba nuclear que amenaza con devastar al partido tricolor a cargo de Manlio Fabio Beltrones, situación que le favorece al de Bucareli para obtener la candidatura presidencial en el 2018.
Pero si algo sale mal... Chong podría obtener la candidatura con el PES y esta utilizando el estado de Hidalgo como laboratorio, desmantelando al PRI en la Huasteca y en municipios clave como Actopan, incluso a través de candidatos independientes como sucede en Pachuca.
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