Por Ismael Serrano
Se cumplen ya diez años de la brutal represión sufrida por los habitantes de San Salvador Atenco en el Estado de México, siendo gobernador entonces el actual Presidente Enrique Peña Nieto. Los denigrantes y abusivos hechos han ido aclarándose, no sin sorpresa y rabia, a lo largo de estos años.
El contexto: la Otra Campaña, impulsada por los zapatistas en el 2006 como opción al circo electoral. Esta Otra Campaña recorrió el país con la bandera de “los de abajo”, buscando escuchar, sentir y conjuntar las diversas luchas que se estuvieran tejiendo en el México marginado y en resistencia. Las causas: La adhesión del pueblo de Atenco a la Otra Campaña, y su historia de dignidad, lucha y resistencia en contra de los proyectos de muerte y degradación que el gobierno en todas sus esferas (Lo aclaró Marcos en su momento: “Los tres niveles de gobierno son culpables. El Federal (PAN), el estatal (PRI) y el municipal (PRD).” Las consecuencias: Cientos de personas pertenecientes al movimiento son reprimidas por la policía. Hombres son golpeados y levantados por las fuerzas policiales. Las mujeres son agredidas sexualmente y algunas son desaparecidas. Niños que se encuentran en el lugar son agredidos de manera cobarde. En Atenco se registra una muestra más de la incompetencia y la vena represiva del Estado.
Lo siguiente: El EZLN, el delegado cero y las bases de apoyo que participan de la Otra Campaña deciden que las condiciones no están dadas para poder continuar. Se promete esclarecer los hechos y seguir luchando por que se haga justicia. La indignación es generalizada. La respuesta del gobierno siempre es la violencia. El mismo gobierno trata ahora por todos los medios de encubrir la verdad y de minimizar el asunto. El discurso oficial siempre está acompañado de eufemismos, justificaciones o criterios tramposos. (Ellos empezaron. Nosotros no fuimos. Estaban robando cosas. Y demás etcéteras absurdos.)
Vale la pena recordar Atenco por muchas razones. Atenco es solo una más de las geografías que en este país y en este mundo han sido maltratadas y desangradas por el poder en turno y su totalitarismo. Atenco se suma a la lista de sucesos y hechos que siguen manchando la honra y la dignidad del pueblo de México, que diez años después sigue sufriendo ahora también por Ayotzinapa, Tlatlaya, Chalchihuapan. Aunque cabe también recordar que Atenco hoy más que nunca está en pie de lucha, contra los proyectos de muerte, contra la imposición y por la verdad y la vida. No olvidemos y construyamos un futuro donde tod@s quepamos, libres y dignos.
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