De la iluminación a las sombras, la reconfiguración y declive del sistema de partidos en México.



16/03/21

La pérdida de credibilidad que tiene la ciudadanía hacía los partidos políticos, se debe principalmente a la baja capacidad de respuesta que estos tienen con respecto a las demandas que las y los ciudadanos presentan. En específico, dentro del caso mexicano, existen diversidad de partidos políticos que representan ideologías e intereses de las personas que los conforman. Es por ello, que la confianza ha decrecido en estas instituciones políticas, puesto que en lugar de fomentar la participación dentro de la democracia mexicana lo único que hacen es desalentar a las personas, al postular a los mismos personajes de siempre.

Los tres partidos que predominaban hasta la creación de MORENA, dentro del sistema de partidos eran el PRI, el PAN y el PRD, el primero de una ideología central, caracterizando por su hegemonía en la presidencia hasta el año 2000; el segundo, caracterizado por una ideología conservadora, además de que fue el primer partido del resto que pudo ganar la presidencia de la mano de FOX; y por último, el PRD, un partido de izquierda en un principio, que después de la ruptura con López Obrador, el líder que más triunfos electorales le dio a este partido, cambió su ideología para aliarse con los primeros ya mencionados.

Estos tres partidos, prácticamente cerraban las oportunidades a nuevas opciones políticas, además de que los partidos pequeños existentes quedaban relegados de estos tres grandes partidos puesto que obtenían porcentajes bajos en las votaciones lo que impedía su desarrollo.

Sin embargo, la llegada de MORENA al sistema de partidos modifico completamente el esquema que se tenía, ya que en su primera elección, logró obtener el 8.37 % de votación nacional emitida, sobrepasando al PVEM, quien tuvo el 6.5 de la votación. Por lo tanto, logro posicionarse rápidamente como la cuarta fuerza política nacional, debido a su estructura inicial que posibilito su registro como partido político.

Este rápido posicionamiento se debió en primer lugar al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, quien es el fundador de este partido, además de que su tránsito del PRD a la creación del movimiento a partido político como lo es MORENA, se debió principalmente, a las negociaciones de las que fue participe el PRD con las fuerzas partidarias de Derecha y Centro.

Tan rápido fue el ascenso de MORENA dentro del sistema de partidos, que en pocos años logro ganar la presidencia de la República. Sin dejar de mencionar que factores como la pérdida de credibilidad y legitimidad del Presidente Peña, derivada de la inseguridad, del conflicto de interés, la corrupción, la depreciación del peso, la baja del precio del petróleo, el estancamiento de la economía y de la inoperancia de las reformas aprobadas en el marco del Pacto por México, coadyuvaron al hartazgo de la ciudadanía.

A la fecha, el sistema de partidos mexicano, está en peligro de regresar a la predominancia tripartita de la llamada mafia del poder, debido que MORENA, no ha logrado establecer una estructura orgánica consolidada, ni mucho menos ha fortalecido su institucionalidad, además de que no ha profesionalizado a sus cuadros dirigentes, ni ha ampliado sus bases. Las actividades antes mencionadas, debieron ser tarea inmediata del partido posterior al ascenso al poder de López Obrador.

La pregunta es ¿Hay algún nuevo líder que pueda lograr esta tarea titánica? O en su caso ¿Habrá la creación de un nuevo partido como alternativa de solución ante un sistema de partidos oxidado por las y los mismos de siempre como alguna vez lo fue MORENA?