Las bases de morena y la izquierda fueron leales con AMLO y apoyaron a Menchaca para que obtuviera la gubernatura de Hidalgo, cuando su grupo nunca tocó ni con el pétalo de una rosa a Grupo Hidalgo.
Sin embargo, en la búsqueda y enfermedad por el poder, los nuevos morenistas expriistas han desplazado a las bases democráticas, por lo que ahora estas deben luchar para construir un mejor Hidalgo y sacar a los oportunistas del poder.
Lo anterior, porque en esta entidad federativa no sucedió lo que ahora está sucediendo en Coahuila, las bases prefirieron derrotar al PRI para después recomponer el Estado, ya que es más fácil ganarle a Menchaca y a GU (que siempre han sido parte del sistema) que a la estructura del Partido Revolucionario Institucional con sus mañas y dinero.
En este orden de ideas, los exgobernadores de Hidalgo, al vivir del capitalismo de cuates, ahora buscarán conservar sus privilegios a través de sus juniors, aprendices o lacayos infiltrados en morena, desplazando a la gente de ideales; sin embargo, la inercia no les alcanzara, Hidalgo ya despertó y el movimiento es mucho más grande que los traidores y oportunistas.
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