24/04/2025
Resulta por demás lamentable lo que sucede en el estado de Hidalgo. En muy poco tiempo pasó de ser una de las entidades más segura del país, a un lugar en donde el temor por la creciente inseguridad se apodera cada vez más de grandes sectores de la población.
Esta delicada situación llega ya a tal extremo, que comienza a permear entre muchos ciudadanos un sentimiento de frustración y hasta desesperanza por la casi nula reacción de las autoridades para detener a los delincuentes.
Prueba de ello, es que cada vez más jovencitas difunden a través de sus redes sociales historias de “levantones” y secuestros, principalmente en agravio de mujeres que habitan municipios como Pachuca, Tulancingo de Bravo, Mineral de la Reforma y Actopan.
En algunas de las denuncias, se afirma que muchas de las presuntas privaciones ilegales de la libertad fueron perpetradas con lujo de violencia en camionetas negras o bancas, sin placas de circulación.
A pesar de ello, el combate a ese delito al parecer sólo ha redituado resultados positivos en el discurso oficial, pues mientras los funcionarios estatales dan cuenta de cifras a la baja y detención de integrantes de bandas delictivas, la ciudadanía se siente cada día más indefensa.
Por lo tanto, hay jóvenes que al considerar que el gobierno poco o nada hace para protegerlos, se han dado a la tarea de emitir llamados de alerta, en los que en forma dramática aconsejan a las muchachas que eviten en lo posible salir de noche y, si lo deben hacer, acompañarse de algún familiar oamigo. Aconsejan incluso “armarse con un taser o gas pimienta para enfrentar a los atacantes”.
Una de las denunciantes señala que dada la grave situación de inseguridad que se vive en Hidalgo, con la complacencia de las autoridades, “resulta ya imperativo que nos cuidemos todos, como sociedad, para impulsar medidas preventivas contra los criminales”.
Desafortunadamente ese critico panorama no es exclusivo de un determinado sector de la población, pues cabe recordar que como resultado de la deficiente estrategia de seguridad instrumentada por el gobernador Julio Menchaca Salazar, el estado presenta ya niveles alarmantes en distintos aspectos.
Por ejemplo, la entidad tiene el nada honroso primer lugar nacional en robo de combustible. De acuerdo con datos del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM), en territorio hidalguense se encuentra casi el 25 por ciento de las tomas clandestina del llamado “huachicol” registradas en México.
Asimismo, estas tierras ahora bajo control de la denominada Cuarta Transformación (4T), ocupan el segundo sitio en la República en delitos cometidos en autopistas, así como el quinto en robo de vehículos en carreteras federales, sin olvidar la cada vez mayor presencia de grupos criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Zetas y el Cártel del Golfo, responsables también de delitos como el narcotráfico y cobro por derecho de piso, entre otros más.
De igual forma, sobresale el hecho de que, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2024 la percepción de inseguridad en Pachuca subió de 38.7 a 53.7por ciento en solo tres meses, convirtiéndose por ello en la ciudad con el mayor incremento en el país.
juanmoreno5197@gmail.com
Esta delicada situación llega ya a tal extremo, que comienza a permear entre muchos ciudadanos un sentimiento de frustración y hasta desesperanza por la casi nula reacción de las autoridades para detener a los delincuentes.
Prueba de ello, es que cada vez más jovencitas difunden a través de sus redes sociales historias de “levantones” y secuestros, principalmente en agravio de mujeres que habitan municipios como Pachuca, Tulancingo de Bravo, Mineral de la Reforma y Actopan.
En algunas de las denuncias, se afirma que muchas de las presuntas privaciones ilegales de la libertad fueron perpetradas con lujo de violencia en camionetas negras o bancas, sin placas de circulación.
A pesar de ello, el combate a ese delito al parecer sólo ha redituado resultados positivos en el discurso oficial, pues mientras los funcionarios estatales dan cuenta de cifras a la baja y detención de integrantes de bandas delictivas, la ciudadanía se siente cada día más indefensa.
Por lo tanto, hay jóvenes que al considerar que el gobierno poco o nada hace para protegerlos, se han dado a la tarea de emitir llamados de alerta, en los que en forma dramática aconsejan a las muchachas que eviten en lo posible salir de noche y, si lo deben hacer, acompañarse de algún familiar oamigo. Aconsejan incluso “armarse con un taser o gas pimienta para enfrentar a los atacantes”.
Una de las denunciantes señala que dada la grave situación de inseguridad que se vive en Hidalgo, con la complacencia de las autoridades, “resulta ya imperativo que nos cuidemos todos, como sociedad, para impulsar medidas preventivas contra los criminales”.
Desafortunadamente ese critico panorama no es exclusivo de un determinado sector de la población, pues cabe recordar que como resultado de la deficiente estrategia de seguridad instrumentada por el gobernador Julio Menchaca Salazar, el estado presenta ya niveles alarmantes en distintos aspectos.
Por ejemplo, la entidad tiene el nada honroso primer lugar nacional en robo de combustible. De acuerdo con datos del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM), en territorio hidalguense se encuentra casi el 25 por ciento de las tomas clandestina del llamado “huachicol” registradas en México.
Asimismo, estas tierras ahora bajo control de la denominada Cuarta Transformación (4T), ocupan el segundo sitio en la República en delitos cometidos en autopistas, así como el quinto en robo de vehículos en carreteras federales, sin olvidar la cada vez mayor presencia de grupos criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Zetas y el Cártel del Golfo, responsables también de delitos como el narcotráfico y cobro por derecho de piso, entre otros más.
De igual forma, sobresale el hecho de que, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2024 la percepción de inseguridad en Pachuca subió de 38.7 a 53.7por ciento en solo tres meses, convirtiéndose por ello en la ciudad con el mayor incremento en el país.
juanmoreno5197@gmail.com
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