Hidalgo anuncia inversión privada: Entre el desarrollo prometido y los retos de infraestructura



Alonso Quijano

El gobernador Julio Menchaca Salazar realizó el séptimo anuncio de inversión de su administración, con la presentación de 16 nuevos proyectos económicos que representan un monto total de 27 mil 625 millones 896 mil pesos, elevando la cifra global de inversión atraída a 117 mil 738 millones 604 mil 15 pesos, el doble de lo conseguido durante el sexenio anterior. La narrativa oficial destaca la diversificación de sectores y la generación de más de 157 mil 624 empleos, en lo que sin duda representa un avance para la economía estatal.

Los nuevos proyectos abarcan 19 municipios y diversos sectores productivos. Destacan inversiones como Elam-Faw Trucks, que instalará una planta de ensamble automotriz en Zempoala con mil 450 empleos; Dhamma Energy, con dos proyectos solares en Singuilucan y Epazoyucan por más de seis mil millones de pesos; el Centro de Abasto Miguel Hidalgo en Zapotlán con 10 mil empleos; y el parque industrial Central Park 57 en Tepeji del Río con una oferta de 10 mil 700 empleos. También se incluyen expansiones como la de SIGMA Alimentos en Atitalaquia, nuevas sucursales de Home Depot, Autozone, Farmacias del Ahorro, y la llegada de Dulces Miguelito al Parque Industrial Platah.

Este flujo de capital privado es un logro innegable, y es justo reconocer que el gobernador Menchaca ha sabido generar confianza entre inversionistas nacionales e internacionales, quienes ven en Hidalgo un terreno fértil para expandirse. Sin embargo, el verdadero desafío está en sostener este crecimiento con base en infraestructura sólida, ordenada y funcional.

Hidalgo requiere no sólo inversiones, sino un entorno estructurado que garantice competitividad a largo plazo. Es alentador que el gobierno estatal también haya canalizado esfuerzos en infraestructura, pero la prioridad debe mantenerse: primero consolidar los servicios básicos, la conectividad, la logística, la seguridad, el acceso al agua, a la energía, a la educación y a la salud, y luego acompañar esos esfuerzos con la atracción de capital. Sólo así el desarrollo será sostenible y equitativo.

Y es que no se puede ignorar que, en México y también en Hidalgo, ha existido históricamente un capitalismo de cuates, donde empresarios cercanos al poder, prestanombres y redes de influencia han capturado los beneficios del aparato gubernamental, muchas veces al margen de la competencia justa. Es importante que en esta nueva etapa de inversiones se establezcan controles, transparencia y reglas claras para que el desarrollo sea parejo y no se concentre en unos cuantos.

El secretario de Desarrollo Económico, Carlos Henkel, precisó que en el estado ya operan 54 empresas, con 19 en fase de instalación y otras 15 en trámites de permisos. Si esta dinámica se acompaña de planeación territorial, fortalecimiento institucional y participación ciudadana, Hidalgo podría realmente convertirse en una potencia regional, no solo por las inversiones que llegan, sino por las condiciones dignas y modernas que aquí se construyan.