UN RECUERDO PARA FIN DE AÑO

Para los que ya no están, los que estamos, los que estarán... 

Por Roberto Longoni
Twitter: @Galleta27

El recordar, el ver hacía el pasado, el mirar nuestra historia, el ejercicio de la memoria, es una de las más grandes y bellas peculiaridades que tenemos los seres humanos. Recordar es una palabra compuesta que literalmente significa “volver a pasar por el corazón”. Al llegar al fin del año siempre entra en nosotros esta melancolía del recuerdo. Por nuestro corazón vuelven a pasar miles de imágenes, de personas, de experiencias y latidos. Pasan lágrimas, rostros, gestos, paisajes, lunas, días y noches que en algunos momentos se tornaron inolvidables. 

Este año recordamos que hace 20 años empezó a brillar una lucecita rebelde en las montañas del sureste mexicano. Recordamos que tenemos voz, valor y coraje. Recordamos que este México, esta América y este mundo necesitan de cada uno de nosotros, juntos, para poder salir adelante, en medio de todos esos recuerdos de miseria, exclusión y marginación. Recordamos con tristeza y rabia la violencia, con cada una de sus muertas, mutiladas, con cada una de sus injusticias. Recordamos a nuestra Patria olvidada, a nuestros héroes caídos. Recordamos que aún hay esperanza, que nuestras manos tienen la capacidad de crear, de señalar, de entrelazarse con las de otros. Este año, 43 jóvenes humildes, valientes y rebeldes, nos han recordado porque vale la pena luchar, exigir y alzar la voz. Creo que este año, por nuestro corazón pasaron cientos de litros de sangre nueva, que nos dieron la luz para guiarnos en medio del camino y en medio de este futuro que ahora se mira incierto, oscuro y frágil. 

¿Y para que recordar? ; ¿Para que la terca memoria? Para eso, para volver a cantar, con el corazón. Para volver a reír, con el corazón. Para volver a marchar, a luchar, a exigir, con el corazón. Para acordarnos de los que ya no están, de los que vienen, para hacernos cargo del futuro, con el corazón. Para hacernos responsables de ese “otro”, de esos rostros, que para muchos no existen, con el corazón. Para escribir, con el corazón. Para que amemos en verdad, con todo lo que el amor significa, con el corazón... ¿Para qué? Para eso. Para que este 2015 nos hagamos a la tarea irrenunciable de volver a sentir ese corazón que nos recuerda que debemos recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido.