Por Pablo Fernando Ruiz Gálvez
Al principio parecía una broma, pero nada lejos de la realidad, donde ya cualquiera puede levantar la mano y postularse de la noche a la mañana para suspirar por un cargo público, sin importar que no tengan experiencia para tal responsabilidad, como es el caso del futbolista Cuauhtémoc Blanco, quién decidió registrarse como pre candidato a Presidente Municipal de Cuernavaca, Morelos, por el Partido Social Demócrata.
Esta noticia por incrédula que parezca, causo sorpresa sobre todo en el balompié nacional, donde el encumbrado futbolista, se postuló el pasado jueves como contendiente para buscar la alcaldía de Cuernavaca, donde hasta el momento se discute si cuenta con el requisito del tiempo de residencia que estipula la Constitución local.
Blanco, tres veces mundialista, ganador de diferentes distinciones individuales y uno de los máximos referentes del América, es solo un instrumento de este partido político, que en caso de no obtener el 3 por ciento de los votos para las próximas elecciones, estaría en peligro de perder su registro y desaparecer.
El Presidente de dicho instituto político, Eduardo Bordonabe, negó en un principio estar negociando con el todavía futbolista su participación en las elecciones, pero desvelo que se encontraba en pláticas con otros futbolistas retirados, para sumarlos a la campaña y de esa manera salvar el ‘barco’.
Al respecto, la Federación Mexicana de Futbol, ya hizo su pronunciamiento ante la decisión del jugador, y dijo que el todavía futbolista del Puebla, deberá elegir entre seguir estando dentro del futbol o centrarse en la política, ya que en su artículo 7 de Código de ética señala: que cualquier miembro de la FMF y afiliados, deben tomar una posición neutral ante cuestiones de carácter político o religioso.
Ante esto, lo único que le quedaría a Cuauhtémoc Blanco, es dejar de pertenecer a las filas del Puebla y centrarse en su nueva aspiración, la política, donde queda en evidencia su falta de preparación para aspirar a llegar a ese cargo público, convirtiéndose en otro ‘Juanito’ sin experiencia alguna.
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Fotografía tomada de la Jornada.
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