LA SOMBRA DE LA INGOBERNABILIDAD


Por Jorge Montejo.

El retorno del PRI a la presidencia de la República, después de 12 años de cuarentena, no le ha sentado del todo bien a México. A la par de la llegada del discurso modernizador de un partido que quiere convencer de que se ha renovado, han resurgido viejos adversarios que resisten ruidosamente al nuevo pero viejo poder.

Debemos recordar que Enrique Peña Nieto, desde su primer día de gobierno enfrento numerosas protestas y estas hoy en día, en vez de reducirse, se han multiplicado de forma alarmante a lo largo de todo el territorio nacional. Por dónde miremos hay grupos de auto defensa, marchas de maestros, resistencia civil, guerrilla, masacres como la de Ayotzinapa, cientos de fosas clandestinas y más de la mitad del país en contra de las reformas estructurales del Poder Ejecutivo.

A este PRI-Gobierno de cara lavada se le ha ido enredando la gestión conforme avanza el sexenio. Las complicaciones más recientes, y más espectaculares, están en varios estados del Pacífico. En los últimos meses, los grupos de autodefensa de Michoacan, han amenazado con volver a salir a las calles ante la falta de garantías del estado, asimismo, los maestros de Oaxaca, comenzarán a realizar bloqueos de carreteras, huelgas y movilizaciones en protesta por las acciones de la reforma educativa.

El conflicto en Michoacán, Guerrero y Oaxaca, no solo ha subido de visibilidad sino que incluso cada vez más voces son las que han dicho con todas sus letras lo que muchos otros apenas sí susurran: que el movimiento de resistencia tiene vínculos con la guerrilla. "Hay una estrategia claramente planteada donde se vincula la presencia de guerrilla, con las famosas Policías Comunitarias". 

Frente a la presión de los docentes insurrectos y las guardias comunitarias, el Ejecutivo ha intentado reforzar una imagen de moderación con una respuesta calmada. La estrategia gubernamental ha incluido tanto llamados al diálogo como tardanza en la ejecución de órdenes de aprehensión contra al menos una veintena de sindicalistas desde hace semanas. Incluso algunos profesores detenidos, acusados de terrorismo, fueron prontamente liberados. 

Ante todo lo anterior, la opinión pública mexicana está dividida: por una parte, hay llamados a aplicar la ley sin reservas a estos grupos cuando cometen actos ilícitos (desde bloquear carreteras o aparecer con armas). Por otra, se escuchan también discursos que piden tener en cuenta que no se puede usar una mano firme sin tener presente que esto que hoy crece en México, es el resultado del país bicéfalo, moderno, atrasado e ingobernable, que el PRI ha construido.

De la mano de un presidente con discurso modernizador, México, el país de la desigualdad que tiene en pobreza a 54 millones de personas y en el que durante décadas las élites no han sabido generar oportunidades para casi la mitad de su población, hoy voltea al norte para trazar mayor cooperación con Estados Unidos, pero tiene en el sur un potencial incendio que en estos meses ha recordado a todos que falta mucho por hacer por los que menos tienen.

Desde nuestro punto de vista, el fracaso de las reformas estructurales y el estancamiento económico de México, son consecuencia de la ingobernabilidad que existe en el país; en pocas palabras, a Enrique Peña Nieto le han generado desde el interior de su gabinete inestabilidad política a lo largo y ancho del territorio nacional con la falta de políticas públicas eficientes.

Hoy en día, las protestas ciudadanas ya no son dispersas, el pueblo esta comenzando a organizarse en contra del estado mexicano y si el Presidente no da señales de gobernabilidad, en muy poco tiempo estaremos viviendo una nueva etapa en donde la política de apariencias del PRI se enfrentará con la realidad.