AMLO HEREDARÁ UN DESASTRE EN MATERIA DE SEGURIDAD.


Por María Gil. 

Sin conocer aún “las entrañas del monstruo” de inseguridad que heredará el próximo gobierno, Alfonso Durazo, próximo Secretario de Seguridad, anticipa un escenario de catástrofe: un país convertido en un panteón, extendida corrupción e ineficiencia policial, protección política a la delincuencia organizada y una imparable exigencia de justicia.

México, es un país donde la impunidad se ha convertido en una forma de gobierno, mientras los involucrados en la corrupción de alto nivel no sean controlados mediante mecanismos ciudadanos de seguridad, el país continuará igual o peor a pesar de que nuestros políticos propongan millones de reformas mediáticas.

Por lo anterior, quizás en estos momentos resulta interesante cuestionarnos si fue adecuado que la Secretaria de Gobernación absorbiera a la Secretaria de Seguridad Pública en la necedad de Osorio Chong de obtener más poder para convertirse en presidente sin importar que arrastrara a México a una fosa clandestina de cadáveres y corrupción. 

“Para enfrentar la tarea exitosamente se requerirá de una entrega total, como si fuera un apostolado”, asegura Alfonso Durazo Montaño, el hombre a quien el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, le encargó la tarea de regresarle la seguridad a México, uno de los países más violentos del mundo sin estar formalmente en un conflicto interno.

La respuesta que se prepara es de una alta concentración de poder político y policial. La Secretaría de Seguridad será mucho más que la restauración de la de Seguridad Pública que tuvieron los gobiernos del PAN. Superior incluso a la que tuvo en su momento el poderoso jefe policial Genaro García Luna, cuando el gobierno de Felipe Calderón hizo de esta materia su principal política pública y le declaró la “guerra al narcotráfico”.

Dispondrá no sólo de las funciones policiales que el gobierno de Enrique Peña concentró en la Secretaría de Gobernación, sino que se quedará con los instrumentos que durante lustros le han dado fuerza e influencia a la Secretaría de Gobernación.

En sus manos quedará lo que resulte de la reconfiguración del Cisen, el Sistema Nacional de Seguridad Pública y hasta el Centro Nacional de Prevención de Desastres y las tareas de protección civil.