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Fuimos herederos de un régimen autoritario, corrupto, desigual, arribista y lleno de mentiras.
Durante todo el periodo neoliberal, desde finales de los 80s hasta el año 2018, los malos gobiernos a través de los medios de comunicación inculcaron a los ciudadanos en una cultura aspiracionista y de consumo, es decir, una persona que ambiciona el poder, el triunfo, anhela riquezas y acumulaciones materiales, haciendo cualquier cosa para llegar a conseguirlo, no solo en el ámbito político, sino también en la mayoría de los sectores sociales, como en la cultura y el deporte, en la música, el cine, el espectáculo, la literatura, la radio y más aún la televisión mexicana que se dedicó a educar a sus televidentes, con modas y costumbres que ensalzaron a sus “artistas” además de “fama, fortuna y protagonismo” en la vida pública del país. carentes de talento, te decían que comer, cómo vestirte, qué música escuchar, qué programas o series ver, donde vivir, qué tomar, como divertirte, en qué invertir tu tiempo y dinero, todo con el único propósito de darte una identidad, en la cual eras o sigues siendo su esclavo.
“Me encanta ver tantas cosas que no necesito para ser feliz” Sócrates
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