La medicina regenerativa vive un momento histórico con el desarrollo de hidrogeles inyectables que buscan reparar el cartílago dañado de manera mínimamente invasiva. Investigadores de distintas universidades y centros médicos han demostrado que estas nuevas formulaciones pueden convertirse en una alternativa real frente a las cirugías de reemplazo articular.
Uno de los avances más prometedores proviene de la Universidad de Washington, donde un equipo científico diseñó un hidrogel biodegradable capaz de encapsular células madre y favorecer su diferenciación en condrocitos, las células propias del cartílago. En pruebas de laboratorio se observó que, en apenas 14 días, estas células empezaron a expresar genes característicos del tejido cartilaginoso, mostrando un entorno favorable para la reparación.
En paralelo, un grupo de investigadores de la Universidad de Connecticut trabaja en un gel piezoeléctrico que genera señales eléctricas estimuladas por el movimiento natural del cuerpo o incluso por ultrasonido. En ensayos con conejos, este material permitió la regeneración funcional del cartílago en dos meses, y ya se proyectan pruebas en animales de mayor tamaño como paso previo a ensayos clínicos en humanos.
Otros estudios exploran hidrogeles multicapa que imitan la estructura compleja del cartílago, así como sistemas capaces de liberar de manera controlada fármacos antiinflamatorios directamente en la zona afectada. Estos enfoques buscan no solo restaurar la elasticidad y absorción de impacto de las articulaciones, sino también reducir el dolor y retrasar el avance de enfermedades como la osteoartritis.