
Jorge Montejo
1 de noviembre de 2025
Simey Olvera, “la Paloma”, se nos fue sin despegar,
del coraje que le dio, no pudo ni aletear.
Su “capacidad” la delató, Morena la mandó a volar,
y la pobre plumífera, ni al nido pudo llegar.
Claudia, con su radar presidencial, la detectó:
“¡Traidora en vuelo!”, exclamó.
Porque Simey, años atrás, con Xóchitl se retrató,
de vocera la ayudó… aunque luego se le “olvidó”.
La presidenta la vetó, sin compasión ni calor,
le quitó la candidatura, ¡qué gran desilusión!
Y mientras Susy, Nubia o Rebeca se relamen la ambición,
la Paloma cayó fulminada, sin derecho a bendición.
Bertha Miranda sonríe, feliz con su curul dorada,
mientras Simey, en el más allá, sigue muy contrariada.
Moraleja de este panteón político y sin pudor:
en Morena no hay resurrección… si le fallas al amor. 🕊️💀
Simey Olvera, “la Paloma”, se nos fue sin despegar,
del coraje que le dio, no pudo ni aletear.
Su “capacidad” la delató, Morena la mandó a volar,
y la pobre plumífera, ni al nido pudo llegar.
Claudia, con su radar presidencial, la detectó:
“¡Traidora en vuelo!”, exclamó.
Porque Simey, años atrás, con Xóchitl se retrató,
de vocera la ayudó… aunque luego se le “olvidó”.
La presidenta la vetó, sin compasión ni calor,
le quitó la candidatura, ¡qué gran desilusión!
Y mientras Susy, Nubia o Rebeca se relamen la ambición,
la Paloma cayó fulminada, sin derecho a bendición.
Bertha Miranda sonríe, feliz con su curul dorada,
mientras Simey, en el más allá, sigue muy contrariada.
Moraleja de este panteón político y sin pudor:
en Morena no hay resurrección… si le fallas al amor. 🕊️💀