TOMA ESE PUÑAL QUE TRAES EN EL CINTO, Y MATAME LUEGO CON EL


Por Miguel Ángel Serna Ortega
Investigador histórico

Cuauhtémoc nació en mil quinientos dos y murió el veintiocho de febrero del año mil quinientos veinticinco, fue un  guerrero y el ultimo gobernante Azteca, de la ciudad capital Tenochtitlan. El nombre de Cuauhtémoc significa " Uno que ha descendido del cielo Al igual que un “águila" en el momento que pliega sus alas y cae en picado hacia abajo para golpear a su presa, por lo que este es un nombre que implica agresividad y determinación.

El trece de agosto de mil quinientos veinte y uno, Cuauhtémoc fue a pedir a otros pueblos refuerzos desde el campo para ayudar para evitar la caída de Tenochtitlán , después de ochenta días de sitio y guerra urbana continua contra los españoles los aztecas empiezan reorganizarse y solicitar ayuda a sus súbditos. De todos los nahuas, sólo los Tlatelolcas se mantuvieron leales a los mexicas (aztecas). Al no poder conseguir los refuerzos suficientes, mientras los españoles habían conseguido alianzas con mucho éxito con diversos pueblos principalmente los tlaxcaltecas (enemigos de los aztecas), Cuauhtémoc huyó de la ciudad capital azteca, pero fue capturado mientras huía Tenochtitlán al cruzar Lago de Texcoco disfrazado con su familia y amigos. Cuauhtémoc fue entregado a Hernán Cortés junto con los supervivientes pipiltin (Nobles aztecas), el caudillo azteco pidió ser asesinado por Hernán Cortez dado que había fracasado en la tarea de proteger a su pueblo, diciéndole al español “toma ese puñal que traes en el cinto y mátame luego con él”.

Al principio, Hernán Cortés trato a su enemigo caballerosamente. “Un español sabe respetar su valor hasta en un enemigo ", declaró. Sin embargo, permitió que Antonio aldrete, el tesorero real, torturase a Cuauhtémoc para que revelara el paradero de un tesoro escondido. Cuauhtémoc, insistió en que no había un tesoro escondido, en su hermosa ciudad de México-Tenochtitlan.

El caudillo azteca Cuauhtémoc fue torturado junto a sus allegados, les quemaron las manos y los pies, pero aun así se negaron a divulgar información acerca de los tesoros codiciados por los españoles. Se dice que durante la tortura, el azteca señor de Tacuba, Tetlepanquétzal le pidió a Cuauhtémoc que revelara la ubicación de los tesoros con el fin de detener el dolor que se les infringía, y Cuauhtémoc respondió: " ¿Crees tú que estoy en un deleite? ", de esta expresión surgen frases como ¿Cree usted que estoy en un lecho de rosas? ".

Finalmente, Cortés recuperó una parte del botín de oro que había obtenido en la ciudad de Tenochtitlan, pero lo perdió en la Noche Triste (Huida de Tenochtitlan), aunque la mayoría de los cuentos acerca de riquezas de oro fueron un mito. Dado que para los aztecas, el oro no tenía valor intrínseco, no tenían grandes trozos sólidos de oro, sino que preferían la madera cubierta de oro.

En mil quinientos veinticinco, Hernán Cortés inicio una expedición hacia Honduras y se llevo a Cuauhtémoc y a varios otros nobles indígenas temiendo que Cuauhtémoc podría conspirar una insurrección en su ausencia. Algunas crónicas indígenas afirman que Cuauhtémoc había tratado de informar a otras ciudades sobre las intenciones de los conquistadores durante su viaje a Honduras, por miedo y al percatarse de la conspiración de Cuauhtémoc Hernán Cortés ordenó la ejecución de Cuauhtémoc el veintiséis de febrero de mil quinientos veinticinco, colgándolo de la rama de un encino en lo que ahora es tabasco.

Ya para recibir la soga en el cuello, Cuauhtémoc dijo a cortes: “maldito seas malinche (extranjero) ya sabia yo que esta muerte me ibas a dar”, “maldito seas” y vaya que la maldición se cumplió porque Hernán cortés Pizarro murió de diarrea a los sesenta y tres años de edad allá en España.