URGE LA PAZ EN MÉXICO

El Arzobispo Domingo Díaz, envía mensaje por motivo de la navidad y pide justicia para los maltratados, engañados y desaparecidos.

Por Jorge Montejo.

Hablar de violencia hoy en México es crucial porque llevamos lustros con una espiral de temor e inseguridad que ha venido ensombreciendo nuestra existencia. Un saldo de más de 90 mil muertos y cerca de 100 mil desparecidos en poco más de 8 años socava la convivencia social, deteriora la vida cotidiana y debilita el tejido social. Los datos son escalofriantes: en sólo 14 años hay más de 100 periodistas muertos y 22 desaparecidos. La Organización Mundial de la Salud define la violencia como: el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga probabilidades de causar lesiones, muerte, daños sicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. La violencia, por tanto, es un comportamiento deliberado que provoca daños al prójimo. Es importante tener en cuenta que, más allá de la agresión física, la violencia puede ser emocional, mediante ofensas o amenazas. Por eso la violencia puede causar tanto secuelas físicas como sicológicas.

El país ha caído en un violento tobogán que parece no tener fondo, lo sucedido en Guerrero con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ha despertado millones de conciencias, pero a la vez ha generado una enorme frustración en virtud de que en México la impunidad y la corrupción de nuestros políticos no tiene límites, se alimenta del olvido.  

Lo anterior ya lo sabemos y lo sentimos todos los mexicanos al mirar el rostro de millones de personas que padecen la pobreza, la injusticia y la inseguridad, pero ¿cuál es y debe ser el papel de la Iglesia católica frente a la violencia?, ¿qué tiene que aportar la Iglesia ante la descomposición social que se vive en México? 

El Papa francisco en su mensaje de navidad dijo: “bienaventurados los que buscan la paz”, se debe combatir la pobreza y construir la paz, sobre todo para la familia humana y para todo ser humano que tiene derecho a la paz.

Por su parte, el Arzobispo de Tulancingo, el excelentísimo Domingo Díaz Martínez, envió al Nuevo Gráfico, un mensaje de navidad para toda la población católica, no solo de Hidalgo, sino de México, con el fin de motivar a los católicos a no perder la fe y sobre todo a que oremos por la paz.

A toda las personas:

El tiempo de navidad inicia el 24 por la noche y termina con la fiesta de epifanía, mejor conocida como fiesta de los santos reyes. La navidad es un tiempo esperado para estar con el señor. El tiempo para estar con él.

El todo lo ve, todo lo escucha, todo lo sabe, todo lo tiene y todo lo puede.

Todo lo ve: ve la realidad de nuestra vida, ve la realidad de nuestra patria.

Todo lo sabe: sabe en dónde están los desaparecidos, sabe quién los desapareció y sabe porque los desaparecieron.

Todo lo escucha: escucha los frutos de los torturados, escucha las amenazas que nos hacen, escucha las mentiras que nos dicen y escucha los arreglos que ellos hacen. 

Todo lo tiene: por eso vamos a pedirle nos conceda los medios que necesitamos para trabajar en bien de la paz. 

Y todo lo puede: por eso en nuestra oración vamos a pedirle la paz, para todos, la justicia para nuestros hermanos maltratados, engañados y despojados; pidámosle el Reino de los cielos para quienes ahora descansan en el campo santo o en alguna de las fosas clandestinas; y pidamos la conversión de quienes están causando graves males a nuestro México con las armas, con la corrupción, con la ambición desordenada y con la mentira.

Hermanos y hermanas: Nos urge la paz. ¡Oremos!

Domingo Díaz Martínez
Arzobispo de Tulancingo.