DESINTERÉS ELECTORAL GENERALIZADO


Editorial.

La crisis política por la que atraviesan todos los partidos políticos hoy en día, debería de ser un tema de gran preocupación e interés, ya que la apatía por parte de la ciudadanía es cada vez mayor, así como la falta de participación en tema de elecciones y campañas políticas.

Ante esta situación, diversos especialistas han señalado que este grave problema se debe al gran índice de corrupción por parte de los políticos, ya que como dicen muchos por ahí “solo buscan su propio bienestar”, dejando huellas de impunidad por todos lados y no se diga en tiempos de elecciones, ya que con los millones de pesos que les da el INE podrían comer miles de personas en todo el país. 

Pero sobre todo con esas grandes cantidades de dinero se podrían concluir miles de obras que han quedado inconclusas porque según las autoridades no hay recursos. Por ejemplo, en salubridad, hay hospitales que ni siquiera tienen un baumanómetro para tomarle adecuadamente la presión a los enfermos ¿Qué podemos esperar de que existe medicina suficiente? pero eso si, muchos políticos influyentazos disfrutan de “la dolce vita”, realizando viajes al extranjero en sus costosos yates, van de compras a Beverly Hills, para adquirir bolsas costosísimas, relojes de finas marcas, vestidos, camisas, pantalones de casi 100 mil pesos y zapatos de fina piel, mientras que el pueblo sufre de hambre y solo usa sus humildes pies descalzos o huaraches en pleno siglo XXI.

Asimismo, con los recursos innecesarios que se destinan a campañas políticas, se podrían realizar miles de obras como lo son pavimentaciones de calles, alumbrado público, mejoramiento de espacios deportivos y culturales que tanta falta le hace a la juventud para que de esa forma no se introduzca en las filas de la delincuencia.

Como podemos ver, el peor mal de México son los políticos, y por ese motivo la ciudadanía se pregunta ¿para qué votar?, si de todas formas después de las elecciones y una vez que “llegue quien tenga que llegar”, nada cambiará “todo seguirá igual o peor”, es mejor ignorar las avalanchas de promocionales y espectaculares con rostros de personajes desconocidos que no transmiten absolutamente nada en sus discursos de campaña, que no tienen nada nuevo, por el contrario solo son discursos trillados que han sido utilizados una y otra vez, hasta el cansancio incluso por los mismos candidatos.

Muchos ciudadanos ya no ven importancia en acudir a votar a una urna y mucho menos en prestar atención a los discursos de campaña de los candidatos, porque han señalado que hagan lo que hagan, “nada va a cambiar”; sin embargo, dejar de ir a votar es ayudar al sistema político corrupto que tenemos, ya que el partido en el poder se aprovecha del abstencionismo para echar a andar su maquinaria electoral y su voto duro aplastante, mientras la oposición se divide.