Hoy en día vivimos una realidad donde la duda y la zozobra son protagonistas. Una realidad que refleja el recuento de los daños de un sexenio tras otro, hasta el punto de observar un país inmerso en una crisis financiera, social, de seguridad, de credibilidad y de impartición de justicia.
Es prioritario que el caso Ayotzinapa deje de politizarse y comience a comprenderse como un problema de Estado, que involucra a cada uno de los mexicanos; un suceso que merece un debido proceso, que garantice justicia y respeto a los derechos humanos de las víctimas y sus familiares.
La desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos de Ayotzinapa” no es un hecho aislado y mucho menos el único, pues cifras oficiales revelan que desde 2006 se han registrado más de 25,000 personas desaparecidas. Mientras que en fechas recientes la Comisión Nacional de los Derechos Humanos informó que se han presentado más de 500 quejas por desaparición forzada, de las cuales según informes de la propia Comisión, solo 30 se han resuelto.
Ante este panorama, como ciudadanos no podemos ser parte de un debate que destruye cada vez más las instituciones del Estado, sin permitirnos reconocer que todos los elementos mostrados por la Procuraduría General de Justicia (PGR), son de utilidad para encontrar la verdad y más si se ha confirmado la versión de los hechos otorgada por el exprocurador Jesús Murillo Karam, ya que diversas grabaciones obtenidas en Estados Unidos demuestran que líderes del cartel Guerreros Unidos, planearon desde Chicago la desaparición no solo de los 43 estudiantes, sino de 17 personas más.
Sin embargo, ante las nuevas revelaciones que demuestran que los estudiantes si fueron ejecutados por el cartel de guerreros unidos como lo había señalado Murillo Karam, surge el cuestionamiento de como es que la verdad histórica fue puesta en duda, ya que desde la Secretaria de Gobernación invitaron al GIEI para unirse a la investigación, tal y como fue declarado por el mismo Osorio Chong.
Situación que, posteriormente desató el descredito de la investigación del exprocurador Jesús Murillo Karam y una de las mayores crisis del gobierno de Enrique Peña Nieto, ocasionada por su mismo Secretario de Gobernación al poner en duda la famosa verdad histórica.
__________________
Fotografía tomada del periódico etcetera.
.png)
