PRI AL BORDE DE LA EXTINCIÓN.


Por Jorge Montejo. 

Este 4 de marzo el PRI cumplió 90 años desde su creación. Sin embargo, a diferencia de otros aniversarios, esta vez el tricolor no tiene mucho que festejar, pues no solo perdió la elección presidencial, sino que también quedó con menos recursos para sus actividades ordinarias.

LA PEOR DERROTA DE LA HISTORIA DEL PRI

El PRI deberá reponerse en tiempo récord de la mayor derrota en su historia, pues en 2018 quedó en tercer lugar de la elección presidencial y apenas obtuvo el 16% de la votación total, la cifra más baja en su historia.

La poderosa maquinaria electoral que gobernó por 77 años a México hasta el pasado 1 de diciembre, cumplió 90 años de fundación, celebrados sin mucha estridencia en medio de la peor crisis de su historia.
    
A tres meses de dejar el poder y a ocho de haber sufrido la derrota más humillante, ante el izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del presidente Andrés López Obrador, el PRI intenta rescatar los restos del naufragio.
    
La organización busca en forma desesperada la manera de reinventarse e incluso se ha propuesto cambiarla de nombre, pero tras quedar relegada como tercera fuerza política nacional en los últimos comicios federales su destino está envuelto en la más completa incertidumbre.
    
No es la primera vez que el PRI es obligado a dejar el poder, pues en 2000 fue derrotado por el Partido Acción Nacional (PAN, derecha), que postuló a la presidencia al empresario Vicente Fox.
    
Sin embargo, en 2012 regresó por sus fueros perdidos de la mano de su candidato Enrique Peña, un joven ex gobernador de buena apariencia.
    
Sin embargo, al cabo de una desastrosa gestión de seis años allanó el camino para que el partido nuevamente saliera derrotado en las elecciones de julio pasado, ésta vez quizá en forma definitiva.
    
Al cumplir 90 años de vida, los engranes de lo que antes fue llamado "La Aplanadora", ahora crujen.
    
Las antiguas celebraciones multitudinarias y populares en espacios abiertos dieron lugar a una ceremonia de apenas 1,500 personas en el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional de la organización.
    
La presidenta del partido Claudia Ruiz, que se dispone a dejar las riendas de la organización, se mostró confiada, ante 386 consejeros y aspirantes a la dirigencia nacional, en que se fortalecerá la democracia interna y se recuperará la confianza ciudadana, además de hacer una autocrítica.
    
"Si bien impulsamos la democracia hacia afuera, no lo hicimos al interior del partido, lo que nos hizo alejarnos de la ciudadanía y de nuestra propia militancia", dijo Ruiz, sobrina del ex presidente Carlos Salinas (1988-1994).
    
Ruiz, cuyo padre fue asesinado el 28 de septiembre de 1994, en un año de gran turbulencia política, se mostró plenamente confiada en que "el partido que supo construir las instituciones que garantizan la democracia y la pluralidad en el México de hoy" podrá superar sus contradicciones y diferencias internas.
    
"Hacia el interior del partido, debemos ser congruentes con la conducción democrática que defendemos para México y profundizar la democratización de la vida partidista, dándole a la militancia la centralidad que debe tener en las decisiones del partido", afirmó.
    
Entre los principales aspirantes a reemplazar a Claudia Ruiz, ex canciller, figuran el ex ministro de Salud José Narro y los ex gobernadores de Oaxaca Ulises Ruiz, de Yucatán Ivonne Ortega y de Durango, Ismael Hernández.
    
Sin embargo, el que más posibilidades tiene es el gobernador del sureño estado de Campeche, Alejandro Moreno.
    
El PRI obtuvo en las elecciones de julio pasado apenas 8 millones de votos, contra 12,6 millones del PAN y sus aliados y 30 millones de Morena y sus socios, que postularon a López Obrador.
    
Además, sólo obtuvo la victoria en una de las gobernaciones en disputa, la del estado sureño de Yucatán, uno de sus más antiguos bastiones.
    
Sacudido por una rampante corrupción, con al menos una decena de ex gobernadores encarcelados por desfalco a las arcas públicas, el PRI no pudo postular un candidato a la presidencia que hiciera frente a la inmensa popularidad y el carisma de López Obrador.
    
Optó por elegir a Antonio Meade, un tecnócrata brillante pero que no pertenecía al partido -había trabajado para el opositor PAN en la gestión del ex presidente Felipe Calderón como ministro de Finanzas- y fue incapaz de resucitar al moribundo.
    
El resultado fue el previsible: un derrumbe absoluto en las elecciones que precipitó la crisis de la que los analistas dudan que salga airoso en el futuro próximo.

PIDIENDO PRESTADO

Con sus derrotas electorales, al PRI también le llegó la austeridad. Debido a su baja votación, los recursos públicos que el partido recibe por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) disminuyeron drásticamente.

Es tal la falta de recursos en el PRI que su dirigencia aprobó pedir un préstamo por 250 millones de pesos a una institución bancaria, de acuerdo con El Universal.

El presidente de la Comisión de Finanzas y Administración de del Consejo Político Nacional del PRI, Enrique Burgos, detalló que el partido cuenta en sus arcas con 590.6 millones de pesos, pero señala que dichos recursos son insuficientes para hacer frente a los gastos del tricolor.

BANCADAS PEQUEÑAS 

Las actuales bancadas del PRI en ambas cámaras del Congreso están muy lejos de ser la primera fuerza. En el Senado, el tricolor cuenta con 14 de los 128 senadores, con lo que su bancada es la tercera más numerosa. 

El coordinador de los senadores priistas, Miguel Ángel Osorio Chong, fue muy trolleado en julio pasado, cuando publicó una selfie en la que prácticamente cabe toda su bancada de la Cámara Alta.

En el caso de San Lázaro, los priistas también son la tercera fuerza, con 47 de los 500 curules. Los legisladores coordinados por René Juárez Cisneros han votado junto con Morena en algunos temas polémicos, como el primer dictamen de la Guardia Nacional, en el que se establecía que la nueva corporación tendría un mando militar y una junta de jefes militares, puntos que finalmente desaparecieron luego de las reformas al proyecto que hizo el Senado.

CAMBIO DE NOMBRE

La debacle del PRI en las elecciones de 2018 ha puesto a sus militantes a reflexionar en serio y al menos dos de sus pesos pesados han planteado que el partido cambie de nombre.

La primera en lanzar esta propuesta fue Claudia Ruiz Massieu, su presidenta nacional, quien en julio pasado aseguró que el priismo necesita replantearse todo, incluido el nombre de su instituto político. 

Además, en agosto pasado, el entonces presidente Enrique Peña Nieto admitió que el partido está muy estigmatizado por la sociedad, y señaló que el PRI debe pensar en cambiar "de nombre y de esencia".

SU HISTORIA

El primer antecedente del PRI fue el Partido Nacional Revolucionario (PNR), el cual fue fundado el 4 de marzo de 1929. Fue creado por iniciativa del expresidente Plutarco Elías Calles, con el objetivo de dejar atrás las gobiernos de caudillos, es decir de jefes militares que participaron en la Revolución, y transitar hacia una institución democrática.

En 1939 el PNR volvió a transformarse, ahora en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, quien organizó un partido con cuatro sectores: obrero, campesino, popular y militar.

Finalmente, en 1946 el partido fue refundado y se estableció su nombre actual: Partido Revolucionario Institucional, el cual mantuvo ininterrumpidamente la Presidencia de México hasta la alternancia del año 2000. En 2012, Peña Nieto regresó al tricolor al poder, pero el panorama actual del partido hace difícil imaginar que lo vuelvan a tener.