Rusia reconducirá el gas a China y cortará suministro a Europa.



María Gil
04/03/22

Aunque con sistemas de desarrollo económico muy diferentes, los intereses de Moscú y Pekín se complementan: Rusia es una fuente ingente de materias primas mientras China las necesita para su pujante industria. El aspecto económico-comercial de sus relaciones constituye un elemento esencial de consolidación. El comercio entre Rusia y China alcanzó por primera vez los 146.000 millones de dólares en 2021 (unos 128.500 millones de euros), lo que supone un aumento del 35% con respecto a 2020.

En la visita efectuada a Pekín por el presidente Vladímir Putin, el pasado 4 de febrero, se firmó un paquete de 15 documentos, entre ellos contratos de gas y petróleo, así como convenios en los ámbitos fiscal, cultural, aeroespacial e inversiones.

El acuerdo más importante en volumen, cuyo precio no ha sido dado a conocer, es el de suministro por parte de Gazprom a China National Petroleum Corporation (CNPC) de 10.000 millones de metros cúbicos de gas natural adicionales durante los próximos 10 años a través de la tubería «Fuerza de Siberia», infraestructura que Putin y su homólogo chino, Xi Jinping, inauguraron en diciembre de 2019.

Fuerza de Siberia 2

Las negociaciones para la construcción de un segundo gaseoducto hacia China, el ‘Fuerza de Siberia 2’, que atravesará Mongolia, está ya muy avanzado, según una reciente publicación del rotativo británico ‘Daily Express’. Su entrada en servicio, a juicio de los analistas, «permitirá a Moscú decidir quién y a qué precio podrá adquirir el gas ruso».

Los expertos de la publicación británica creen que la creciente crisis energética en Europa obligará a la UE a sucumbir a la presión del Kremlin, impidiendo así frenar la presión militar que Rusia ejerce sobre Ucrania.

El representante de Rusia ante la Unión Europea, Vladímir Chizhov, advirtió esta semana en declaraciones a ‘RIA-Nóvosti’ que «encontraremos dónde y cómo vender gas, si imaginamos hipotéticamente que no habrá Nord Stream 2», en evidente alusión a China. El proyecto de nuevo gaseoducto al país asiático se nutrirá de los mismos yacimientos en la península de Yamal que bombean el combustible a Europa.