México soviético.



México fue el primer país en establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética en 1924, existiendo un gran intercambio cultural que influyó en artistas y escritores como: Frida Kahlo, María Izquierdo, Octavio Paz y Diego Rivera.

La relación entre México y la Unión Soviética rápidamente generó temores entre las élites. Sin embargo, en 1919 se formó el Partido Comunista Mexicano, mismo que apoyó de forma extraoficial la candidatura de Plutarco Elías Calles, quien se convirtió en presidente en 1924 y fue acusado de comunista.

El principal antecedente del suceso fue la promulgación de la Constitución de 1917, la cual poseía una fuerte influencia socialista. Una de las causas fue la cercanía del presidente Venustiano Carranza con el independentista y comunista bengalí Manabendra Nath Roy, quien sugirió formar un grupo político y de masas que protegiera a México de una intervención de Estados Unidos. El país vecino había quedado inconforme con la promulgación del Artículo 27, referente a la soberanía del subsuelo y el petróleo.

Cuando Plutarco Elías Calles asumió el poder en 1924, el petróleo seguía siendo una disputa entre México y Estados Unidos. Calles desconoció la firma del Tratado de Bucareli y echó en marcha la redacción de una nueva ley que se apegara al Artículo 27 constitucional. Inmediatamente el embajador estadounidense en México, James Rockwell Sheffield, llamó a Elías Calles “comunista”. El presidente mexicano no se consideraba a sí mismo como comunista, pero consideraba que la revolución debía ser una forma de gobernar y no una posición ideológica. Esto último se tradujo en su anhelo de formar un partido que fuese revolucionario e institucional, simultáneamente. Por otra parte, el gobierno callista defendió la propiedad privada y empresaria nacional.

Durante el gobierno callista se repartió el 62% de territorio nacional a la comunidad agraria y México permitió la apertura de la Embajada de Unión Soviética. Durante su llegada, el embajador soviético declaró: “ningún país muestra más similitudes que la Unión Soviética y México”.

Como consecuencia, el gobierno estadounidense declaró que México era el segundo país bolchevique en la tierra y se refirieron a él como “México soviético”.

Sumado a lo anterior, las relaciones entre Plutarco Elías Calles y el clero católico también permitieron que se le tildara de comunista. Sin embargo, a diferencia de la persecución religiosa en Rusia, que atacaba toda expresión religiosa, el gobierno mexicano solo tenía por objetivo al clero y su monopolio. La persecución religiosa detonó el episodio bélico conocido como Guerra Cristera.

Pese a los puntos de encuentro, Calles negó la entrada de comunistas a la república y evitó que se infiltraran en el gobierno; por lo cual su gobierno sólo puede delimitarse dentro del espectro socialista. En 1928 el presidente Plutarco Elías Calles propone la fundación de Partido Nacional Revolucionario (PNR), con carácter netamente socialista, pero aglutinaba una mayor diversidad ideológica. A partir de entonces, el PNR fue el puente para aquellos que quisieran acceder al poder.

Durante los gobiernos de los siguientes tres gobiernos presidenciales, Plutarco Elías Calles mantuvo el poder de forma simulada, periodo que se conoció como el Maximato. Con la llegada de Lázaro Cárdenas al poder en 1934, Elías Calles “El jefe máximo de la revolución” fue exiliado del país. Sin embargo, las políticas socialistas continuaron y tuvieron su culmen en la Expropiación Petrolera de 1938.

Finalmente, el triunfo de Manuel Ávila Camacho en 1949 integró nuevos sectores políticos de la sociedad mexicana. Con ello, la tradición revolucionaria de México ligada al socialismo tomó otro rumbo y poco a poco se abrió al liberalismo económico.

Un cambio que logró que México se abriera a nuevas inversiones y ofertas económicas, en fin, una apertura al mundo. Y pareciera que a prácticamente 100 años de estos sucesos la historia se repitiera, pero con protagonistas diferentes teniendo a un nuevo Plutarco Elías Calles en la persona del presidente Andrés Manuel López Obrador también fundador de un partido, creyente fehaciente de que la revolución no es armada pero si de consciencias concretándose en la cuarta transformación y probablemente la personificación de un Francisco José Múgica pero ahora en mujer, Claudia Sheinbaum, así como quien traerá concordia, diplomacia y visión como es el caso de Marcelo Ebrard quien bien podría ser Manuel Ávila Camacho del siglo XXI.

¿Y quién sería Adán Augusto? No creo que siquiera logre más que solo ser parte de la escenografía política actual.

¿Tú lo crees?... Sí yo también.