El Oasis Urbano de Hidalgo: De la Inauguración a la Devastación.



María Gil.

Hace un tiempo, la creación de un oasis urbano junto a la Plaza Gran Patio en Pachuca, Hidalgo, generó expectativas y emoción entre los ciudadanos. Sin embargo, lo que una vez fue un proyecto de belleza y revitalización de la ciudad ha quedado olvidado, ahora en estado de devastación, con miles de pesos invertidos en vano.

El día del evento de inauguración, el oasis urbano fue el centro de atención, con políticos de diferentes partidos presentes. Sorprendentemente, algunos miembros de Morena optaron por un atuendo inusual, vistiéndose de abejitas, lo que llamó la atención de los asistentes y de la opinión pública en general.

Pero lo que inicialmente parecía un acto de alegría y celebración se ha convertido en un ejemplo de derroche de recursos públicos. El oasis urbano, que pretendía ser un espacio de esparcimiento y encuentro para los habitantes de Hidalgo, ahora yace en un estado de abandono y deterioro. Los miles de pesos invertidos en su creación han resultado en una triste realidad de áreas verdes marchitas, donde hasta existía un hotel para insectos. 

Además de la desilusión causada por la destrucción del oasis urbano, el hecho de que algunos políticos, incluida Erika Ortigoza, hayan optado por vestirse de abejitas en un evento público ha generado controversia. Esta elección de atuendo puede percibirse como una falta de seriedad en un momento en que la ciudadanía espera que los líderes se concentren en asuntos de importancia para la comunidad.

Otro punto de preocupación es la participación de la activista Bertha Miranda, quien utilizó el movimiento feminista como plataforma para obtener un puesto político. Esto ha llevado a cuestionamientos sobre la autenticidad de las intenciones de algunos líderes políticos y su compromiso con las causas sociales.

El caso del oasis urbano de Hidalgo es un recordatorio de la importancia de la responsabilidad y la transparencia en el uso de los recursos públicos. Los ciudadanos merecen proyectos que mejoren su calidad de vida y su entorno, y es esencial que los líderes políticos rindan cuentas por sus acciones y decisiones. El olvido de un proyecto que alguna vez simbolizó esperanza es una llamada de atención para todos los involucrados en la política y la administración pública.