Argentina y Milei o mejor escrito Mi ley.



Pues funcionó la puesta en escena, la revolución de la estrategia de comunicación política: Javier Milei gana la batalla emocional de los argentinos y por ende la presidencia del país del cono sur, Argentina.

Milei, de “Libertad Avanza”, vence a sus adversarios denominados por él “la casta política”, alimentando el descrédito de los gobernantes y sus aliados élite.

Sergio Massa, su oponente político, obtuvo más del 44% de la votación final y Javier Milei cerca del 51%, preeminente sobre todo desde las provincias.

Con ello Massa queda desfigurado en la segunda vuelta, al presentarse él mismo como un candidato del cambio, mientras al oficiar como ministro de hacienda su país padece una inflación del 140%.

Javier Milei conquista la victoria con la ira, inspirando confianza en un electorado dominado por el hartazgo, el resentimiento y el odio a quienes gobiernan.

Pero que fue lo que Milei prometió al pueblo argentino que dio tanto éxito en las urnas para que él haya ganado la votación.

La plataforma electoral nacional de su partido, La Libertad Avanza ―donde formaliza su programa de gobierno―, señala que en una primera instancia se trabajará en un recorte significativo del gasto público y una reforma para reducir impuestos, con una flexibilización en los ámbitos laboral, comercial y financiero.

Las medidas de segunda generación incluirán una reforma para recortar los fondos que se destinan a jubilaciones y pensiones, una reducción del número de ministerios a ocho y disminución paulatina de los planes sociales. Y para concluir con el plan se prevé reformas de los sistemas de salud, educación y seguridad y la “liquidación” del Banco Central.

En una entrevista publicada en el diario La Nación, Milei reforzó esta idea e incluso anticipó que tal vez ocurriría antes de lo previsto: “No se negocia el cierre del Banco Central (...) lo vamos a tratar de hacer lo más rápido posible”.

Otras propuestas polémicas, como la dolarización de la economía, convierten a Milei en la gran novedad de la política argentina.

En una entrevista previa a la victoria que tuvo en las elecciones, alentó a los ciudadanos a deshacerse de cualquier tipo de ahorro en moneda local, a la que llamó "excremento",y optar en cualquier caso por la divisa estadounidense. También dijo que cuanto más caro sea el tipo de cambio peso dólar mejor sería para la futura dolarización, e incluso estimó que para esa reforma monetaria solo necesitaría US$ 30.000 millones -la mitad de lo que estimaba antes.

Y reveló que de ser presidente (que ya logró) lanzaría un rescate de la deuda pública en pesos a un 25% del valor nominal. Le cayeron críticas desde todos los ángulos, del gobierno, los otros candidatos, los bancos y otros economistas.

Entre las ideas que el libertario ha promovido públicamente y que se reflejan en el documento, destacan como los principales ejes la reforma económica, la competencia de monedas que podría culminar en una dolarización, la unificación del tipo de cambio, la reducción de gastos estatales y la privatización de empresas públicas.

En términos tributarios, las reformas contemplan la eliminación y baja de impuestos, así como las retenciones y derechos de exportación y todo tipo de aranceles de importación para insumos.

Milei también ha propuesto crear un mercado para promover la compraventa de órganos humanos, lo que provocó un fuerte revuelo tras lo cual el libertario guardó silencio por unos días. Es que no solo recibió críticas de sus opositores, sino que la idea de comercializar órganos está prohibida en Argentina, de acuerdo con el artículo 39 de la Ley 27.447. Finalmente, Milei no incluyó la iniciativa en el programa de gobierno que publicó al comienzo de su campaña electoral. Durante los últimos días, la diputada electa Diana Mondino, quien sería además canciller en un gobierno de Milei, retomó el tema y propuso la creación de un mercado de órganos con leves diferencias con respecto a la iniciativa original.

En tanto, la libre portación de armas es uno de los ejes centrales de las polémicas alrededor de la figura de Milei. El economista defiende la desregulación de la tenencia de armas de fuego para todos los ciudadanos.

Con mucho énfasis, ha argumentado en entrevistas que aquellos Estados que tienen libre portación tienen menos delitos. El artículo 17 de sus propuestas sobre seguridad nacional y reforma judicial dice textualmente: “Sobre la tenencia de armas de fuego planteamos la desregulación del mercado legal y proteger su uso legítimo y responsable por parte de la ciudadanía”. Ante una pregunta de Bullrich ―su entonces contendiente― en uno de los debates presidenciales sobre la desregulación del mercado de armas, Milei dijo solamente que “la ley ya existe, lo que hay que hacer es cumplirla”, posiblemente considerando la agitación que generó su iniciativa.

Otros planes que tiene entre manos será eliminar los ministerios de: Ciencia, Tecnología e Innovación, Ambiente y Desarrollo Sostenible, Cultura, Desarrollo Territorial y Hábitat, Mujeres, Géneros y Diversidad, Obras Públicas, Transporte, Turismo y Deportes. Además, los ministerios de Salud, Educación, Desarrollo Social y Trabajo pasarán a formar parte de una única dependencia denominada “Capital Humano”.

Sin duda el nuevo mandatario llega a la presidencia con “la espada desenvainada” y declarándose un anarcocapitalista convencido de que este modelo económico es el futuro del país del cono sur.

Al parecer el cambio tan repentino de modelo político imperante en Argentina se debió a una cruda por la izquierda que ahora da un revés hacía la derecha, pero una derecha recalcitrante y nada humanizada, por el contrario, tratará de borrar todo rastro de lo que los anteriores gobiernos cercanos al pueblo han logrado.

Sería bueno analizar este fenómeno político argentino y aprender de el para no caer posiblemente en un futuro nuestro país en algo similar pero que lejos de parecer lejano se acerca cada vez más con las formas de gobernar de la actual administración y la venidera.