Jaqueline Sagahón
12 de septiembre de 2025. Pachuca, Hidalgo.— El primer informe de gobierno de Claudia Sheinbaum llegó este jueves a la capital hidalguense y se realizó en el teatro del pueblo de las instalaciones de la Feria de Pachuca. Aunque el acto fue presentado como un evento multitudinario en respaldo a la presidenta, múltiples versiones apuntaron a que la asistencia masiva estuvo impulsada por el acarreo de personas en autobuses procedentes de distintos municipios y por la movilización de empleados del propio gobierno.
En los alrededores de la feria, cerca de la plaza de toros, se observaron decenas de camiones y autobuses estacionados, lo que reforzó la percepción de que se trató de un operativo de traslado coordinado. Testimonios recogidos por medios locales indicaron que trabajadores de dependencias públicas fueron convocados para asistir, sumándose a contingentes traídos desde comunidades vecinas.
Durante su discurso, Sheinbaum destacó los avances de su administración en materia de programas sociales, obras de infraestructura y seguridad, enmarcando el evento como parte de su gira nacional de rendición de cuentas que culminará en octubre en el Zócalo de la Ciudad de México. El discurso oficial, sin embargo, no abordó los señalamientos sobre el uso de transporte y estructuras gubernamentales para llenar el recinto.
La polémica sobre el acarreo volvió a marcar un acto público de la llamada Cuarta Transformación. Aunque no existen cifras oficiales que confirmen cuántos autobuses fueron utilizados ni el origen de los contingentes, las imágenes de los camiones estacionados en las inmediaciones de la feria alimentaron la narrativa de que la asistencia estuvo lejos de ser espontánea. A diferencia de la asistencia forzada en los eventos gubernamentales, en las redes sociales se refleja el verdadero descontento, con reacciones y comentarios críticos de usuarios que cuestionaron tanto la forma como el fondo del acto en Pachuca.
En un país donde las movilizaciones organizadas han sido parte recurrente de la vida política, los cuestionamientos en Pachuca evidencian nuevamente la delgada línea entre la convocatoria legítima a un acto gubernamental y el uso de recursos públicos o estructuras corporativas para simular respaldo popular.
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Fotografía de AM Hidalgo
