LA REGRESIÓN CONSUMADA


Por Julio Gálvez
Twitter: @Juliogalvezb

A más de doscientos años de la “Independencia de México” la pregunta sigue siendo ¿El mexicano es realmente libre? es evidente que no. La historia de nuestro país siempre ha sido manipulada por su clase política con la finalidad de legitimar su acceso sanguinario al poder, a través de un nacionalismo que nos tiene sometidos a héroes, instituciones falsas y demagogia.

Los políticos que actualmente nos gobiernan le impusieron a los mexicanos a través de la educación oficial, medios de comunicación, religión y familia, una forma comunitaria de pensar en la que se forja un estereotipo de mexicano nacionalista, machista, violento, pero a la vez sumiso al poder político.

Hoy en día, no todo es alegría para el PRI, detrás de una toma de protesta fingida, se encuentra la falta de legitimación social de Enrique Peña Nieto, quién se convirtió en el Presidente sin pueblo. Ante el descontento de la ciudadanía por la imposición electoral, los priistas aparentan tener unidad dentro de sus filas, pero es evidente que terminaran despedazándose unos a otros, la batalla entre grupos es clara, los tecnócratas contra los nuevos políticos de choque, lo burdo vs lo fino.

Por otro lado y ante la regresión política que vivimos, los ciudadanos se encuentran cansados de sus políticos desechables, estos son los principales responsables de la degradación del tejido social, hacen política por medio de mentiras. El regreso del PRI, significa un retroceso de 100 años en materia de derechos humanos, ya que para el grupo político que se encuentra en el gobierno, primero se ubica el beneficio personal.

Los priistas alegan que han cambiado, pero los ciudadanos seguimos percibiendo en ellos toda esa corrupción que esconde debajo de la sotana; toda esa corrupción que la televisión trata de maquillar a través de discursos populistas que simplemente esconden la búsqueda del poder por el poder.

Quizás las nuevas generaciones no recuerdan al PRI de antes, pero en aquellas épocas en México se vivía la máxima represión en contra de la libertad de expresión, nadie podía realizar una crítica y quién ponía en peligro los intereses del gobierno autoritario simplemente era castigado con su empleo o en su persona física. Durante el régimen priista, se respiraba miedo, los ciudadanos se comportaban como robots mentalmente programados para servir a sus amos los políticos, la dignidad humana siempre pasaba a segundo término, el egoísmo, el dinero y los intereses personales eran los que movilizaban al país. 

Hoy en día lo que está en juego con el regreso del PRI a los pinos, son las libertades que los mexicanos hemos ganado a través de la sangre derramada en el movimiento del 68, la matanza de acteal, el caso Atenco y las miles de violaciones a derechos humanos que se cometían en el régimen de los dinosaurios. El culpable no es Enrique Peña Nieto, porque a fin de cuentas el termina siendo un títere de los grupos del poder; el culpable de la miseria de México, es un sistema que solo puede avanzar a través de la corrupción, el miedo, la compra de votos y la represión. La resistencia tiene que ser ciudadana, los mismos priistas saben que se encuentran heredándole a las nuevas generaciones un país sin valores.

El pueblo hoy en día está más informado que antes, el internet ha abierto un abanico de posibilidades, las redes sociales han desenmascarado a nuestros políticos, pero no deja de sorprender que los mismos medios de comunicación tradicionales que tanto han sufrido de represión, defiendan los intereses de quienes atentaran en contra de la libertad de expresión. Más de 80 años de corrupción e impunidad difícilmente serán olvidados por los mexicanos conscientes.

En el pasado proceso electoral, las dos grandes televisoras optaron por auto-desprestigiarse, pero la información libre ha ido rompiendo con la programación mental del gobierno. Los jóvenes tienen una responsabilidad muy grande, hacer que México despierte, las nuevas tecnologías se han convertido en herramientas muy eficaces para lograr el cambio.

Nuestros políticos no son la solución a los problemas de México, no podemos basar nuestras esperanzas en ídolos de barro, los movimientos ciudadanos, deben convertirse en eje de una nueva realidad social. México no debe perder la oportunidad de ser libre, PRI, PAN y PRD en este proceso electoral demostraron ser lo mismo, más de 100 mil muertos y la restauración de la dictadura son el verdadero peligro para México.

Hoy más que nunca es importante que los mexicanos comencemos a expresarnos si queremos en verdad un cambio social que nos beneficie a todos. Debemos ser conscientes de la realidad histórica por la que atraviesa nuestro país, en nuestras manos está regresar o no al pasado, el cambio vive en los corazones de miles de ciudadanos, no en las decisiones de nuestros gobernantes.

Por Julio Alejandro Gálvez Bautista, Licenciado en Derecho por la Universidad la Salle, Especialista en Derecho Civil, Maestro en Derecho Procesal Constitucional y Candidato a Doctor en derecho por la Universidad Panamericana; ha enfocado su trabajo en temas sobre derecho constitucional, derechos humanos, derechos sociales, derecho a la información y reforma gubernamental; pagina web: www.juliogalvez.com