YA EN EL PODER CAMBIAN DE MASCARA


En memoria de Julio José Gálvez Mendez
Columna que se reproduce y que fue publicada el 07 de marzo de 1981 

“Metamorfosis de los políticos”. Cuando se presentan en alguna ciudad o localidad son como caramelos, todo es bondad, hasta regalan láminas de cartón, despensas, bultos de cemento, etc., hacen visitas domiciliarias, se retratan con los niñitos mugrosos y entre más mugrosos mejor, porque eso les ayuda a mostrar una cara de bondad durante las campañas, llaman a los indígenas, los más desarrapados, (bueno todos están desarrapados), y todo para mostrar al candidato clamando por el cambio, quién se pronuncia en contra de la corrupción, como dicen los campesinos: “solo les falta un grado para ser santos”.

Se ponen zapatos “tenis”, pantalones de mezclilla, camisas de las más corrientes, paliacate, lapiceros de esos que no cuestan ni $2 pesos, hasta calcetines, el chiste es impresionar a los humildes, tratando de decirle al pueblo que son gente honrada, les bajan el sol, la luna y las estrellas.

Cuando el pueblo les dice, ¡agua, agua, agua! El aspirante a diputado local o cualquier político con intención de llegar al poder, les responde “tendrán agua” (pero cuando llueva), “tendrán su puente”, a lo que el ingenuo ciudadano les responde: “y para que queremos puente si no hay rio”, a lo que los muy mentirosos les dicen: “si no tienen rio, les construiremos uno”, con esto demuestran su gran amabilidad y toda una lista de promesas; promesas que solo quedarán en eso en una “promesa”. 

Es por ese motivo que los ciudadanos día a día creen menos en las autoridades ya que una vez que llegan al poder luego, luego “cambian de mascara” desde su vestimenta, pues cambian los tenis, pantalones de mezclilla y camisas corrientes por: casimir ingles, chamarras de 15 mil pesos, botas de 5 mil, comidas en los mejores restaurantes, ayudantes, vales de gasolina y se convierten e los inquisidores del marginado. 

Lo primero una vez que se llega al poder es olvidar la infinidad de promesas que se le hizo al pueblo, hasta dicen “dios le dio el gran don al ser humano de saber olvidar”, ya en el poder saber actuar es algo esencial, aunque el pueblo tenga infinidad de necesidades, lo más importante para los que están en el poder es “sus propias necesidades y sus propios intereses”.