LAS CAMPAÑAS POLÍTICAS EN HIDALGO

Por Armando Nieto
Twitter: @ArMaNdevil

“Este presidente nos permitirá triunfar: nos sacara de la nada para hacernos llegar a la miseria.” Grouncho Marx.

En nuestro Estado estamos pasando por un periodo de elecciones para diputaciones locales, en este periodo los candidatos de diversos partidos realizan campañas y proselitismo para atraer a un número de votantes para que estos ejerzan su sufragio a favor de un partido, esto es lo que en esencia ocurre dentro de un proceso electoral per se, pero la realidad es otra y una muy distante la que tendría que ser, me explico. 

La realidad que tendría que ser en un proceso electoral independientemente de que sea para la elección de senadores, diputaciones, presidente municipal, gobernador o presidente. Radica en que en las campañas se tendría que elegir por cada partido a una persona que reúna el perfil que habrá de desempañar o para el cargo que se está disputando, que cuente con los conocimientos necesarios para dicho puesto, y que tenga dentro de estas características una experiencia laboral que brinde de esta forma una seguridad social, seguridad de que los candidatos sean eficientes en las labores que podrían desempeñar, en segundo término que las campañas disten de un discurso demagógico, que dentro de sus discursos se hable de cómo van o podrían cumplir y materializar sus propuestas, así como la viabilidad de estas, y que no tan sólo se queden en un mero discurso liso y llano. En tercer y último término que el proceso electoral sea realizado acorde a los ordenamientos electorales de los Estados o en su caso de la federación, de modo tal que los principios que rijan dicho proceso democrático sean de conformidad con lo establecido en la Constitución, así como las resoluciones que emitan los tribunales electorales locales así como el federal. Pues bien esto, desde mi punto de vista seria un verdadero proceso electoral ad hoc a una democracia social. Pero la realidad es una muy diferente que no tiene nada que ver con el proceso anteriormente descrito, sino que lo que pasa en unas elecciones (y es el caso de Hidalgo) es que los candidatos que son electos por los partidos son personas que no cuentan con una preparación académica ni laboral necesaria e indispensable para llevar a cabo el desempeño eficaz del puesto a contender, en segundo lugar es bien sabido que dichos candidatos en su mayoría son electos no democráticamente, sino por imposición, de una manera muy coloquial son puestos a “dedazo”, con lo cual no se está garantizando una seguridad social, sino todo lo contrario, ¿ya que como pueden ser representantes del pueblo cuando no pueden desempeñar bien su labor?, y para lo único que sirven en el sentido pragmático es para politizar las cosas y hacer mera y netamente “grilla”, dejando a un lado los intereses colectivos y sólo preocupándose de los individuales y para su partido, esta es una realidad que pasa en muchos Estados y dependencias pero tiene un visor y una gama mucho más amplia en nuestro Estado que es netamente Priista. En tercer lugar se encuentran sus campañas que son planamente demagógicas en un sentido negativo, ya que sólo prometen cosas pero no dicen cómo y cuándo podrían realizarse y si son viables, lo cual es usado para atraer gente mediante promesas vacías y sin sentido, pero que la mayoría de la gente las compra o las cree, y esto es debido a que no cuestionan a los candidatos, no conocen los ideales del partido ni sus propuestas de campaña, cosa que debería cambiar y si es que se quiere tener a un candidato eficaz, y tratar que estos cambien su discurso lleno de filigranas a un discurso claro conciso, real y factico. En cuarto y último lugar nos encontramos con que el proselitismo está manchado de violaciones a la constitución local y federal, en Hidalgo, por ejemplo los funcionarios y servidores públicos exigen a la gente bajo su cargo que voten por un determinado candidato con la amenaza de despedirlos o prometen un incentivo económico, y otras veces a que estos consigan determinados votos, y lo nuevo en estas elecciones es que dichos funcionarios aun en funciones hacen proselitismo para ciertos partidos, lo cual la constitución local y la federal textualmente lo prohíben, y titulares de instituciones que gozan de garantías constituciones para evitar dichos actos como es el caso del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo así como la Comisión Nacional del Estado de Hidalgo, lo cual me resulta aberrante y lamentable. 

Pues bien esto es la realidad de nuestro Estado en cuanto a las elecciones, si bien hay cosas malas, también pueden haber cosas positivas, pero eso depende del cambio que nosotros como sociedad podamos dar, desde tener una cultura electoral, la cual no tenemos y que consiste en ir a votar y checar las propuestas de los candidatos y no sólo irnos por la persona, el logo y por promesas vacías e insulsas de candidatos. Aunque es muy cierto que cada país, en este caso Estado, tiene el gobierno que merece, no creo que esto sea por l mayoría, sino es dado por una minoría que detentan el poder, pero como ya he dicho, esta realidad se puede cambiar, puede cambiar de un gobierno de pocos a un gobierno de la mayoría que busca un progreso y un bien social.

Por Armando Nieto; Licenciado en Derecho por la Universidad la Salle, Estudiante de Maestria en Derecho Procesal Constitucional por la Universidad Panamericana; ha enfocado su trabajo en temas sobre derecho constitucional y derechos humanos.