MÉXICO, EL PAÍS DEL AUTOENGAÑO

Por Julio Gálvez
Twitter: @juliogalvezb

En los últimos años, en México se ha incrementado de forma alarmante el numero de homicidios, secuestros y desapariciones forzadas de personas a consecuencia de violentas pugnas entre poderosas organizaciones delictivas que compiten por el control del narcotráfico y otras actividades ilícitas lucrativas, como la trata de personas. En términos generales, gracias a la incapacidad de nuestros gobernantes el país se ha tornado ingobernable.

Ante la crisis de inseguridad que se vive, el gobierno mexicano en los últimos sexenios ha tomado medidas precipitadas que sólo han generado un clima de caos y temor que predomina en varias regiones del país. En pocas palabras, el combate frontal a la delincuencia organizada ha provocando un fuerte incremento del número de homicidios, torturas y otros abusos por parte de los miembros de las fuerzas de seguridad.

En virtud de lo anterior, el Presidente Enrique Peña Nieto, inicio su sexenio presentando un paquete de reformas con el objeto de revertir la crisis social que se vive en México, pero lamentablemente no se han resuelto los problemas de raíz. Ahí desde la corrupción continuarán operando los empresarios-políticos que gozan de paraísos fiscales; ahí desde la corrupción el tema de la transparencia sindical se ha convertido en un sueño utópico; ahí desde la corrupción la educación en México no tiene esperanza y; ahí desde la corrupción la Gendarmería Nacional está destinada al olvido.

En efecto, las nuevas reformas de Enrique Peña Nieto, desde el doble discurso priísta seguirán encubriendo los pactos ocultos entre políticos y monopolios que operarán a las espaldas del Presidente de la República. No se puede reconstruir un país de forma superficial cuando los cimientos están podridos, eso solo sucede en las telenovelas baratas de Televisa que tratan de política.

Por ejemplo, en materia de seguridad, la reforma olvidada por Enrique Peña Nieto, busca integrar a miles de soldados y marinos a la Gendarmería Nacional, lo cual sustituirá a la Policía Federal en el combate al crimen organizado, pero es importante mencionarse, que este modelo en el que militares asumieron labores policiacas fracasó en el pasado, es un cuento autoritario de gobiernos derechistas de los años 70.

En México, desde 1999, el entonces presidente Ernesto Zedillo, decidió transferir soldados del ejército para formar la Policía Federal, Vicente Fox y Felipe Calderón, siguieron el ejemplo con el mismo resultado negativo, se incrementaron los índices de criminalidad, aumento la violencia, se dispararon los niveles de corrupción y las violaciones a derechos humanos se convirtieron en algo cotidiano. En pocas palabras, la Gendarmería Nacional, es un remake de otras telenovelas del pasado, nada original, nada nuevo, nada que vaya a funcionar, pero eso si, con nuevos y más guapos actores.

Conforme a lo anterior, no se puede combatir a la delincuencia organizada cuando existen policías que forman parte de las estructuras criminales, la creación de una nueva policía con las mismas bases podridas resultará insuficiente. La Gendarmería Nacional, es a todas luces una propuesta superficial que arrastrará al Presidente Peña Nieto al abismo, las policías comunitarias evidencian que  en materia de seguridad, el gobierno está fuera de la realidad.

México, es un país en donde la impunidad se ha convertido en una forma de gobierno, mientras los involucrados en la corrupción de alto nivel no sean controlados mediante mecanismos de autocontrol, el país continuará igual o peor a pesar de que nuestros políticos propongan millones de reformas mediáticas. Peña Nieto debe limpiar su propio gabinete antes de cualquier intento por modernizar el sistema de seguridad nacional.

El PRI, no ha cambiado, esta programado para ser corrupto, los dirigentes de este partido no han logrado cambiarle el chip a los priístas, el Presidente Peña Nieto, llegó al poder gracias a la corrupción solapada por el propio Revolucionario Institucional ¿Por qué debemos creer que combatirá a la delincuencia organizada cuando sus principales operadores se enriquecen ilícitamente? Ahí esta el caso de Andrés Granier y Humberto Moreira.

México, está en crisis no por sus instituciones, no por sus leyes, no por sus policías, no por sus delincuentes, sino por sus políticos corruptos. Que no nos engañe la televisión, nuestros gobernantes a través de las reformas satisfacen sus propias necesidades económicas. El cambio está en las manos de los ciudadanos, es nuestra responsabilidad hacer conciencia, la Gendarmería Nacional es una telenovela más del Canal de las Estrellas, el Gobierno debe buscar soluciones que se adapten a nuestra realidad.

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Por Julio Alejandro Gálvez Bautista, Especialista en Derecho Civil, Maestro en Derecho Procesal Constitucional y Candidato a Doctor en Derecho por la Universidad Panamericana; ha enfocado su trabajo en temas sobre Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derechos Sociales, Derecho a la Información y Reforma Gubernamental / www.juliogalvez.com