JUVENTUD Y SU PAPEL EN EL MUNDO ¿DÓNDE ESTÁ MÉXICO?

Por Cesar Gamaliel Noguera Bautista
Twitter: @CesarGamalielNB

Hace unos días, tuve el agrado de presenciar una serie de conferencias magistrales en la Ciudad de la juventud y “el conocimiento”, de México. La tres veces histórica ciudad de Querétaro.

Pero más allá de contestarme por qué es la ciudad de la Juventud del país, vinieron a mí varias preguntas bastante insidiosas para el gobierno local, nacional e internacional.

La primera de ellas. ¿Por qué, siendo Querétaro una de las Entidades Federativas más conservadoras (“mochas”) del país, es también una de las más desarrolladas y reconocidas a nivel nacional e incluso foco de inversión internacional?

La respuesta es bastante fácil. Porque no hay obstáculo más grande para el servicio público, que la política misma.

Y en Querétaro (se ha hecho lo que en pocos lugares), se ha logrado lo que en prácticamente ningún municipio del país; se ha propiciado un ambiente ideal para el crecimiento socio-cultural de los habitantes; se han derribado las barreras mezquinas y políticas de control, para darle paso a un mundo ciudadano de un constante crecer.

¿Y qué tiene que ver esto con la juventud de México?

Querétaro, (reitero, tres veces histórico), por cuarta vez en los textos jurídicos e históricos de México, hace historia por el simple hecho de darle seriedad al papel de los más “chavos” de la entidad y crear una secretaría exclusiva para la atención de los mexicanos menores de 29 años, quienes según estudios de la ONU y UNESCO, somos el sector más vulnerable de la vida internacional, por carecer de oportunidades de crecimiento profesional e incluso (el más lamentable) social y alimenticio.

Trillado podría sonar que es la juventud el futuro de los EUM y del mundo, pero resulta increíble conocer el número de gobernantes en el mundo que alcanza menos de 35 años de edad; una cantidad verdaderamente ridícula, en comparación del “capital político” que la juventud organizada, podría representar.

Sin embargo, más allá de ser los jóvenes un instrumento de los intereses de grupos “corporativizados” de poder, somos el motor transformador del mundo.

Y tan transformadores somos, que personajes cultural e históricamente trascendentes (Jesús, Gandhi, Mandela, Gates…) forjaron su camino y su mensaje, en edades cortas, menores a su tercera década de vida. 

Por todo lo anterior, resulta interesante, enriquecedor y satisfactorio saber que alguien en nuestro país esta adquiriendo su papel de liderazgo juvenil, con el objeto de preparar líderes mexicanos que tengan como común denominador, el interés de hacer crecer a México.

México, es un cúmulo de oportunidades, que tristemente, hasta la primera década del siglo XXI, fueron desperdiciadas.

La esperanza pareciera a veces ser solo una ilusión demagoga, pero depende del esfuerzo individual y colectivo, así como de los sueños que compartamos los jóvenes mexicanos, que exista una “llamita” encendida para transformar Pachuca e Hidalgo, y poder ser un país más próspero, más grande y más feliz.

Y ¿Dónde está México? En el lugar donde los mexicanos queramos estar.