MUERE NADINE GORDIMER

Por María Gil

La escritora sudafricana Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura en 1991, ha fallecido a los 90 años de edad, según ha informado este lunes la emisora South African Radio. Según estas mismas informaciones, la escritora estuvo acompañada en sus últimas horas por sus hijos Hugo y Oriane Gordimer. Nadine Gordimer (Springs, 1923) es autora de más de una veintena de obras, entre las que destacan libros como La historia de mi hijo, El conservador, El encuentro, Atrapa la vida o Mundo de extraños. Su obra se caracterizó siempre por un fuerte compromiso con la situación política de su país, por los conflictos interétnicos y el apartheid, lo cual hizo que, durante años, sus libros estuvieran prohibidos en Sudáfrica. Además del Premio Nobel, recibió en vida un gran número de premios y distinciones; entre ellos, un total de 15 doctorados honoris causa por universidades como Yale, Harvard, Columbia, Cambridge, Leuven en Bélgica, Ciudad del Cabo y Witwatersrand.

En su discurso de recogida del Nobel, Gordimer reflexionó sobre el poder de la palabra escrita. "Si en el principio fue la palabra y la palabra estaba en Dios y era la creación, a través de siglos de desarrollo de la cultura humana la palabra ha adquirido otra dimensión y otros significados, tanto seculares como religiosos.Poseer la palabra se ha vuelto una forma de poseer autoridad, prestigio, tener una cifra récord de espectadores en un espectáculo televisivo, así como también tener una demoledora y a veces peligrosa capacidad de convencimiento".

El año pasado, en una entrevista para diversos medios de comunicación, Gordimer afirmaba que su escritura "nunca fue un grito contra el racismo", pues esa tarea se la dejó a sus acciones, con las que siempre se mantuvo comprometida. Entendía la literatura como un algo completo, integral y, con Camus, decía que "desde el momento en uno es solo escritor, entonces deja de serlo". Ya con 90 años, publicaba la que sería su última novela, Mejor hoy que mañana (Acantilado) y se desmarcaba de esa imagen de escritora contra el apartheid, que para ella suponía cierto empobrecimiento. "Mis libros siempre estuvieron al margen de esa lucha porque nunca quise escribir propaganda. Me impuse que en mi escritura no hubiera activismo. Nunca mostré a los luchadores contra el apartheid como ángeles ni a los colonizadores como demonios. Mi escritura nunca fue un grito contra el sistema racista. Eso lo hice con mis acciones".

De madre inglesa y padre judío y letón, la vocación literaria nació en la escritora bien pronto. Su primer cuento se publicó en una revista sudafricana cuando ella apenas tenía quince años y su primer contacto con el gran público se produjo diez años más tarde, en 1949, con la publicación en Johanesburgo de su primera colección de cuentos, titulada Face to face. Su primera novela, publicada en Londres en 1953, fue The lying days. A partir de entonces, su ritmo de publicaciones fue constante, como también lo fue su prestigio creciente a nivel mundial que se culminó con la entrega del Nobel en 1991.