
Ricardo Montoya
Apenas habían pasado quince horas desde que las balas segaron la vida del alcalde de Pisaflores, Miguel Bahena Solórzano, cuando Jhony René Valladares Reséndiz, director del Sistema DIF Municipal, fue detenido en las carreteras serranas de Querétaro.
Lo sorprendieron con un arma de fuego a bordo de un vehículo, acompañado de una mujer. Horas más tarde la Fiscalía General de Justicia de Querétaro (FGJQ) informó que, además, pesaba sobre el aún funcionario una orden de aprehensión por delitos contra la salud en Hidalgo.
La Fiscalía General del Estado de Querétaro (FGJQ) confirmó la noche del viernes que Valladares, funcionario cercano al asesinado edil, había sido capturado inicialmente por portación ilegal de arma de fuego, y luego recapturado tras conocerse su antecedente judicial.
Según el reporte oficial, policías estatales patrullaban la carretera federal 19, en el tramo El Lobo–Agua Zarca, cuando interceptaron el vehículo en el que viajaban Valladares y su acompañante. En el interior hallaron un arma calibre .22, un cargador y siete cartuchos útiles.
El nombre de la mujer no fue revelado. Ambos fueron puestos a disposición del Ministerio Público, y tras unas horas, liberados. Pero la libertad duró poco: la Policía Ministerial volvió por ellos al recibir el aviso de la Procuraduría de Hidalgo, que confirmó la existencia de la orden de aprehensión.
La recaptura se realizó con apoyo de las policías municipales de Landa de Matamoros y Jalpan de Serra, además de la Policía Estatal de Querétaro.
La FGJQ informó que Valladares y su acompañante ya fueron entregados a las autoridades judiciales hidalguenses.
El crimen que estremeció a la Sierra Gorda
El martes amaneció con rumores y consternación en Pisaflores. La noche anterior, el alcalde Miguel Bahena, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), había sido asesinado frente a su casa, en la comunidad de La Estancia.
Cinco disparos pusieron fin a su vida. Los agresores huyeron en motocicleta, dejando al pueblo sumido en la incredulidad y el miedo.
Mientras los vecinos velaban el cuerpo del edil, Valladares abandonó el municipio, presuntamente rumbo a Querétaro.
En la carretera lo detuvieron los policías estatales, en un retén instalado precisamente para impedir la fuga de los asesinos.
Hasta ahora, no se ha confirmado si el director del DIF está implicado o no en el homicidio, pero el procurador de Hidalgo, Francisco Fernández Hasbun, declaró el jueves que los responsables estaban “a punto de ser capturados”, sin ofrecer más detalles.
Los retenes de la búsqueda
Desde la noche del crimen, los límites entre Hidalgo y Querétaro se llenaron de uniformes.
El secretario de Seguridad Pública de Landa de Matamoros, Rubén Bazáldua, relató que se desplegó un operativo conjunto con la Policía Estatal, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano.
“De inmediato se activó el protocolo de seguridad; se establecieron filtros de revisión y vigilancia coordinada”, explicó.
El funcionario aclaró que las fuerzas locales se limitaron a vigilar accesos y salidas de la zona serrana, una región donde las carreteras se pierden entre montañas y la comunicación se corta con frecuencia.
El último adiós entre huapangos
El jueves, Pisaflores se llenó de música y lágrimas.
Entre sones, violines y guitarras, amigos, familiares y vecinos despidieron al alcalde Miguel Bahena en la explanada del Palacio Municipal.
El féretro, cubierto con la bandera nacional y la imagen de la Virgen de Guadalupe, fue colocado frente al edificio que alguna vez encabezó.
Durante horas, una larga fila de personas pasó junto al ataúd. Algunos lloraban en silencio; otros sostenían pancartas que exigían justicia.
Después, la carroza emprendió camino al panteón, seguida por una multitud que acompañó a pie, entre rezos y huapangos.
Abogado de profesión, Bahena era también músico de corazón. Hace más de dos décadas fundó el Trío Huapanguero, con el que alegraba fiestas patronales y reuniones comunitarias en la Sierra Gorda de Hidalgo y el sur de San Luis Potosí.
Ahora, sus amigos lo despidieron como él habría querido: con música, violines y esperanza entre las montañas.