A 46 años de la matanza de 1968, el panorama de México continua siendo el mismo. Discriminación, represión, corrupción, crisis económica y manipulación mental de los medios de comunicación. Poco hemos cambiado como país aunque la prensa diga lo contrario.
Durante la semana diversos hechos resonaron en todos los medios de comunicación: por un lado, la marcha de los domesticados estudiantes del politécnico que luchan en contra de un reglamento y; por el otro, la matanza de Tlatlaya que atrajo las miradas de la comunidad internacional, ya que este suceso representa una de las violaciones a derechos humanos más graves de la historia moderna del país.
En efecto, detrás del show mediático que originaron los domesticados estudiantes del IPN, la corrupción y la violencia continua creciendo: videos de la “Tuta” en los que tanto Televisa como la clase política resultan implicados, decenas de políticos inmiscuidos en temas incomodos, alcaldes prófugos, ejecuciones y desvíos de recursos para campañas políticas son el pan nuestro de cada día.
Estimado lector, detrás de los distractores del gobierno se esconden decenas de violaciones a derechos humanos cometidas por grupos paramilitares, pobreza, discriminación, grupos de autodefensa y miles de inconformes que esperan la chispa que encienda la bomba social, aunque en los medios oficiales se diga que todo esta bien.
Es lamentable lo que los mexicanos estamos viviendo en estos últimos meses, aunque el gobierno resuelva problemas auto-inventados a través de la televisión, en el mundo real el país se ha tornado ingobernable, por donde miremos hay levantamientos en contra del gobierno ante la incapacidad de nuestros políticos para resolver los problemas verdaderos.
Para que me entienda, el gobierno se encuentra haciendo uso de los medios de comunicación, para aparentar otra realidad; es decir, nos están dibujando un escenario donde supuestamente todo esta controlado cuando en el México real las cosas están peor que nunca.
Nuestro políticos dicen que han cambiado, pero los ciudadanos seguimos percibiendo en ellos toda esa corrupción que se esconde detrás de los dueños de México; toda esa corrupción que la televisión trata de maquillar con el objetivo de que los mexicanos jamás nos percatemos de la verdad.
¿Estimado lector, ya no recuerda la forma de operar de la clase política que nos gobierna? Chupacabras, crisis económica, IPN, marchas, capturas de narcotraficantes, alcaldes prófugos, distractores, distractores y más distractores.
Desde el olvido
Caballero Andante Alonso Quijano.
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