EN EL PRI SE REQUIERE SER CORRUPTO PARA SER CANDIDATO.


Por Jorge Montejo.

Muchos recordamos a Don Humberto Lugo Gil, el Gobernador caballero, político hidalguense que amó intensamente la política, supo hacer amigos, pero sobre todo conservarlos gracias a que fue una persona de principios que construía política a través del valor de la amistad. De esos políticos que ya no hay en la actualidad debido a que los gobernantes de hoy utilizan la traición y la exclusión para gobernar y enriquecerse. 

Don Humberto, ocupó numerosos cargos públicos y de elección popular, dos veces Diputado Federal, de 1967 a 1970 a la XLVII Legislatura y de 1979 a 1983, Secretario General de la (CNOP), de 1982 a 1985, LII Legislatura del Congreso de la Unión de México, fue presidente de la Cámara de Diputados y dio respuesta al VI informe de gobierno de José López Portillo en el cual éste anunció la nacionalización de los bancos privados, dos veces Senador por el estado de Hidalgo, de 1976 a 1982 y de 1988 a 1994. Designado Gobernador de Hidalgo a la renuncia de Jesús Murillo Karam, fue Director General de Aeropuertos y Servicios Auxiliares durante del gobierno de Miguel de la Madrid.

Sin embargo, una de las principales virtudes del oriundo de Huichapan, era la honestidad, ya que durante su larga carrera política nunca estuvo inmerso en un solo escándalo de corrupción, su conducta fue intachable; sin embargo, durante el sexenio del exgobernador de Hidalgo, Manuel Sánchez Vite,  y después de que Don Humberto había rendido protesta como candidato a senador, el PRI lo bajó de la candidatura argumentando que no cumplía con la edad para esa importante encomienda.



Esta anécdota viene al caso, en virtud de que por una cuestión mucho más delicada, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, afirmó que la precandidatura de Nuvia Mayorga para obtener un puesto en el Senado por el estado de Hidalgo se mantiene en pie, pese a que se dio a conocer que la priista es investigada por la FEPADE en relación con el caso Odebrecht.



Es verdad que no existe aún alguna sentencia judicial contra Mayorga, la precandidata tiene la posibilidad de demostrar que todo esto se trata de un golpe político (si es que puede); sin embargo, no es ético su actuar del partido tricolor, ya que el mensaje que manda a la población es lastimoso, y  la anterior reflexión le abre los ojos a los ciudadanos para que nos demos cuenta de lo mal que está el PRI en la actualidad, pues pareciera que se necesita tener fama de corrupto o estar inmerso en un escándalo de corrupción para ingresar a las filas de ese partido y participar como candidato.  

Que no se quejen después...