Segundo informe de AMLO.



Maria Gil. 

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, ofreció este martes su segundo informe de gobierno. Luego de poco menos de dos años dirigiendo el país:

“No es para presumir, pero en el peor momento contamos con el mejor gobierno”.

En una encuesta para evaluar la popularidad de López Obrador, De las Heras encontró que el 60% de las personas que fueron cuestionadas vía telefónica avalan el desempeño del titular del ejecutivo hasta este primero de septiembre. Respecto a su primer informe de gobierno, este indicador se posicionó 11 puntos porcentuales por encima, con 71%.

López Obrador ha celebrado su primer aniversario con una suerte de “informe-festejo”. No es el aniversario de su presidencia, sino de su victoria, de ese momento desde que, según él, se inició la Cuarta Transformación.

Como todo lo que hace el gobierno de López Obrador, el festejo tiene un fuerte carácter simbólico. ¿Tendría sentido hacer un informe a los 7 meses de gobernar cuando ellos mismos nos insisten en que es muy pronto para juzgar sus políticas? ¿Tiene sentido hacer un informe en julio cuando en septiembre va a llevar a cabo otro donde va a decir prácticamente lo mismo porque en dos meses las cosas no van a cambiar mucho?

El informe en este contexto tiene más bien la tarea de reforzar lo simbólico: “el primero de julio ocurrió un cambio histórico y les presento resultados para demostrar que las cosas se están llevando a cabo y seguimos haciendo historia”.

Varios de los datos que López Obrador presentó son, en realidad, ciertos, aunque claro, mezclados con otros datos más ambiguos o sin aclarar el contexto y, alguno que otro más, de esos “otros datos que tiene” y a los que ya nos ha acostumbrado. Esto sin dejar del lado que “olvidó mencionar” aquellos rubros donde las cosas no andan nada bien. Vaya, un trato típico de la información que se hace en cualquier informe.

Como en cualquier informe, el mandatario querrá generar la impresión de que las cosas van muy bien, y quiere asegurarse de que la mayor cantidad de gente se quede con esa percepción, en lo cual no ha fallado porque los estudios demoscópicos le dan una aprobación positiva. Por eso insistió a los medios de comunicación que lo transmitieran por cadena nacional.

En este sentido, atendiendo al informe pasado, el profundo estancamiento de la economía mexicana al cierre del año afectó bastante a la credibilidad de un presidente que, habiendo prometido un crecimiento al cierre de año del 2% para la economía azteca, registró, tras hacerse públicos los datos oficiales, un crecimiento que, finalmente, se situó en el 0.02%. Esto, sumado a otra serie de situaciones que afectaron los planes del gobierno como lo es la pandemia por Covid-19. 

Hablando de lo bueno, el gobierno de AMLO se ha aplicado en el combate a la corrupción, situación por la que principalmente votaron los mexicanos, y se percibe en la población una aceptación al respecto, aunque todavía en materia de impunidad queda mucho por hacer, ya que faltan muchos corruptos por caer y la economía sigue desgastándose. 

La lucha contra la corrupción de la 4T ha llevado a un desgaste  natural de las finanzas del país, ya que en todos los sectores los corruptos neoliberales que construyeron la economía actual, tenían contratos con el gobierno para saquear las arcas en todos los sectores, por lo que la pandemia entró como anillo al dedo y los ciudadanos esperan que continúe la limpia de México.