Lo que importa es la persona.



La democracia es la forma de organización social y política que atribuye la titularidad del poder al pueblo, de esta manera es considerada como una forma de gobierno justa y conveniente para vivir en armonía. En una sociedad democrática, la participación de la ciudadanía es el factor que materializa los cambios, por lo que es necesario que entre gobernantes y ciudadanos se establezca un diálogo para alcanzar objetivos comunes.

Sin embargo, los cambios sociales se van dando lentamente y no existe en el mundo alguna democracia que sea perfecta y mucho menos lo es la de Hidalgo, donde, a pesar del cambio de partido político que se vivió el pasado 5 de junio, continuamos arrastrando diversos vicios ante 94 años de dominación mental priísta, donde nos impusieron una sola forma de pensar y hacer política.

Lo anterior, en en virtud de que desde el sexenio de Murillo en adelante, la actual clase política hidalguense (Grupo Hidalgo) creo un sistema con el slogan del “Nuevo PRI” para expulsar al grupo Huichapan y apropiarse del gobierno para volverse millonarios.

De esta forma, ellos decidían quienes eran periodistas, empresarios, profesionistas y políticos a modo, a través del influyentismo para mantener sus sistema de cuates.

Beneficiaban a determinadas empresas y prestanombres para arrebatarle el mercado a la competencia y al pueblo. Así sucedió con Grupo Pachuca y diversas empresas de prestanombres de políticos.

Esta es la mentalidad que los ex gobernadores de Hidalgo, le impusieron a sus lacayos, la búsqueda de los puestos y el dinero de forma individualista, en donde no importa el partido en el que se encuentren, ya que sigue siendo el mismo grupo político. 

Observamos como sin ninguna ideología, políticos que formaban parte de las filas del PRI, brincan a morena para conservar sus privilegios y personajes morenistas mercenarios, idolatran a ex priistas cercanos a Murillo Karam y Osorio Chong por dinero, haciendo a un lado a sus propias bases para abrirle el paso a la corrupción y al sistema del capitalismo de cuates. 

Muchos queremos un #CambioVerdadero y estamos hartos del sistema político actual, pero las opciones que pretenden representarlo dejan muchísimo que desear.

No hay nada, y no lo hay porque tenemos una clase política totalmente desprestigiada a la cual remata esa crisis de representatividad que se propaga por todo Occidente. En México contamos con un sistema electoral totalmente agotado que repite y repite los mismos vicios, donde los privilegiados siempre resultan siendo los mismos.

Las elecciones se han vuelto muy predecibles. Era predecible que los opositores de AMLO fueran a lanzar una campaña de guerra sucia y es predecible que no va a funcionar en contra del presidente, pero quizá sí en contra de Morena que no es lo mismo, ya que la mayoría de sus políticos no persiguen ninguna ideología, sólo buscan los puestos y el dinero.

Desde hace tiempo había comentado en este espacio que si en MORENA no surgen liderazgos honorables que representen una ruptura con el ethos político actual, el partido de los dinosaurios 🦖 puede volver con un nuevo disfraz.

Los espacios a donde se ejerce la opinión pública mejoraron bastante durante estos años, ciertamente, pero no la calidad de los candidatos a los que les queda grande el escenario.

Los formatos novedosos solo están sirviendo para exhibir la pobreza de los políticos 🐀 que tenemos y que se enfermaron de poder, quienes prometen hasta lo que no porque no conocen otra forma de llamar la atención de sus electores.

Hemos visto a cierto sector de la clase intelectual despojarse de su espíritu crítico para aferrarse ciegamente a un candidato o partido, aunque para ello tengan que torcer la realidad, como sucede con algunos medios de comunicación que ya se definieron con partidos políticos.

El bajo nivel discursivo del debate, tanto por los candidatos, políticos, estrategas de campaña e incluso los electores, es otra razón por la cual las elecciones nos tienen hartos. Ver las redes sociales llenas de fake news, los rumores falsos, las mentiras y las calumnias, termina por ser cansado.

También es frustrante ver la tremenda polarización a cambio de nada, por unos políticos que poco representan al pueblo, que se ostentan como liberales pero en realidad son conservadores y están ahí gracias a AMLO, ya que la gran mayoría continúa vigente por el oportunismo.

Morena quiere combatir al PRI siendo como el PRI, abrió sus puertas, pero sólo con el objeto de legitimar a los mismos de siempre, dándole cabida y preferencia a políticos corruptos por encima de la gente que ha luchado con sus propios recursos de forma honesta, la cual ha sido rechazada por el sistema, pero hacen política desde la ciudadanía o desde sus trincheras, olvidados por el partido guinda que se preocupa más por reclutar expriistas, expanistas o miembros de alguna mafia.

Sin embargo, la desilusión en todos los partidos y sectores de la actual política puede generar la verdadera transformación, el #CambioVerdadero, donde el ciudadano se de cuenta que lo que importa es la persona 🙋🏻‍♂️🙋🏽‍♀️ y no los partidos políticos, ni líderes partidistas.

En este orden de ideas, AMLO, debe dejar un país para que gobiernen los ciudadanos comprometidos, con verdadero amor a la patria y humanismo, no los oportunistas que para ellos la política es una meta individualista para volverse millonarios.
Una vez derrotado el PRI y sus caciques, los hidalguenses debemos ahora construir nuestra democracia, luchar para que en los espacios públicos prevalezcan los valores, principios e ideales por encima de los intereses individualistas o de grupo, ya que los primeros son inherentes a nuestra dignidad, los segundos atienden a los sentimientos mezquinos de unos cuantos, no de la colectividad.

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Julio Alejandro Gálvez Bautista, se desempeña Licenciado en Derecho y Especialista en Derecho Civil por la Universidad la Salle; tiene estudios de Maestría en Derecho Procesal Constitucional y Doctorado en Derecho por la Universidad Panamericana. Desde el 2006 se ha desempeñado como profesor de licenciatura y postgrado, así como conferencista en materia de derecho constitucional y derechos humanos fundamentales.


Es apartidista, cuenta con diversas publicaciones en libros, revistas académicas y periódicos, ha enfocado su trabajo en temas sobre derecho constitucional, derechos humanos, derechos sociales, libertad de expresión y reforma gubernamental. Sus aportaciones al campo jurídico a través del tema activismo judicial fueron utilizadas por el Congreso de Argentina para la despenalización de la tenencia para el consumo personal de estupefacientes y psicotrópicos. Es colaborador de la Revista Internacional de Derecho “Garantismo Judicial”, Editorial Porrúa, presidida por el Profesor Luigi Ferrajoli y Dirigida por el Doctor Fernando Silva García. Actualmente es Director General del Semanario Nuevo Gráfico y del Centro de Investigaciones Sociales (CIS), así como consultor y asesor.