18/10/21
Los tiempos de definiciones políticas en torno a la renovación del Ejecutivo del Estado de Hidalgo, se encuentran cada vez más cerca, la tendencia “morenista” está presente en la mesa del restaurante, en la charla del bolero, en la fila de las tortillas y en los pasillos de los órdenes de gobierno, como en los tiempos del priismo, cuando era catalogado como el “Partidazo”.
Aunado a esto el número de perfiles es idéntico a esos tiempos, hoy podemos mencionar más de cinco aspirantes a la candidatura por la bandera guinda, destaca en su mayoría varones con habilidades diferentes en este argot, que propone un abanico de posibilidades para atender las condiciones que se presente en la ocurrencia de su líder moral o en atención a la siempre analizada estrategia de los tricolores quienes hoy más que nunca se encuentran pasando las noches en vela para saber qué estrategia construir, beben café a galones, fuman cigarrillos por paquetes, trazan el mapa de la batalla.
Mientras tanto en la otra esquina se pasean por todo el territorio hidalguense la tropa “cuatroteista” que trae consigo un puñado de religiosos que le han prendido la vela a "San Obrador”, algunos de ellos ya compraron publicidad en medios, otros un call center, unos más se pasean como empleados del INEGI casa por casa.
Sin embargo otros optan por la “institucionalidad”, guardan los tiempos de forma recatada, asisten sin filias ni fobias a los llamados de su partido, se saludan con todos, evitan el protagonismo, pero mantienen el ímpetu a la hora de tomar el micrófono para disertar los mandamientos de la cuarta transformación, y la narrativa del santo “patrono” Obrador, porque saben que cuentan con las mismas posibilidades que el resto de los “Apóstoles”, y que su estilo de jugar los “dados” de la designación, son similar a una partida de cubilete, donde con un tiro de “números” pueden ganar al “vaciar”, y en ese escenario de azar se encuentra el José Ramón Amieva Gálvez.
Aunado a esto el número de perfiles es idéntico a esos tiempos, hoy podemos mencionar más de cinco aspirantes a la candidatura por la bandera guinda, destaca en su mayoría varones con habilidades diferentes en este argot, que propone un abanico de posibilidades para atender las condiciones que se presente en la ocurrencia de su líder moral o en atención a la siempre analizada estrategia de los tricolores quienes hoy más que nunca se encuentran pasando las noches en vela para saber qué estrategia construir, beben café a galones, fuman cigarrillos por paquetes, trazan el mapa de la batalla.
Mientras tanto en la otra esquina se pasean por todo el territorio hidalguense la tropa “cuatroteista” que trae consigo un puñado de religiosos que le han prendido la vela a "San Obrador”, algunos de ellos ya compraron publicidad en medios, otros un call center, unos más se pasean como empleados del INEGI casa por casa.
Sin embargo otros optan por la “institucionalidad”, guardan los tiempos de forma recatada, asisten sin filias ni fobias a los llamados de su partido, se saludan con todos, evitan el protagonismo, pero mantienen el ímpetu a la hora de tomar el micrófono para disertar los mandamientos de la cuarta transformación, y la narrativa del santo “patrono” Obrador, porque saben que cuentan con las mismas posibilidades que el resto de los “Apóstoles”, y que su estilo de jugar los “dados” de la designación, son similar a una partida de cubilete, donde con un tiro de “números” pueden ganar al “vaciar”, y en ese escenario de azar se encuentra el José Ramón Amieva Gálvez.
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