Jorge Montejo.
15/02/22
Los que tenemos memoria, recordamos en 2016, la época de registros de precandidatos del PRI a la gubernatura de Hidalgo.
Por un lado, llegaba José Antonio Rojo con el excomulgado y enojado Julio Menchaca que salió peleado con Miguel Osorio, por que desde la cámara de diputados, se le puso al tiro por la corrupción desmedida que hubo en su sexenio; muchos sabemos que Menchaca se peleó con Osorio por la manera en que sus hermanos se robaban el presupuesto a diestra y siniestra.
Estos dos grandes amigos (Rojo y Menchaca), que se hicieron “inseparables” en su época en el congreso local, llegaban a apoyarse mutuamente. Julio fue el único actor (junto con algunos pocos más) que caminaron con José Antonio en su registro, ya que grupo Hidalgo se encargó de bloquear al grupo Huichapan en la búsqueda del poder y el dinero.
Sin embargo, del otro lado, llegaba Carolina Viggiano a registrarse, a pesar de que unos días antes le dijo a José Antonio, que iba a declinar por el, pero como es costumbre de la señora y de su grupo político, lo traicionó y decidió competir contra el.
Así ha sucedido con este grupo político durante más de 30 años, relegado por el Grupo Hidalgo, a quienes ahora les dan atole con el dedo con puestos menores, ya que a Carolina Viggiano le importa el capital político de Javier Rojo Gómez y Jorge Rojo Lugo, para que los mismos corruptos sigan saqueando al Estado.
Cómo da vueltas la vida cuando se busca el poder y el dinero, ahora Rojo le cuida la elección a Viggiano.
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