El Lawfare en México.



Por Julio Gálvez 

El "lawfare" es un término que se ha utilizado cada vez con más frecuencia en los últimos años para describir una estrategia política y legal que se utiliza para perseguir y neutralizar a los oponentes políticos. La palabra es una combinación de "guerra" (warfare) y "derecho" (law), y se refiere a la manipulación del sistema de justicia y las leyes para lograr objetivos políticos.

El lawfare se ha convertido en un problema grave en muchos países, y ha sido utilizado tanto por gobiernos como por grupos de poder para perseguir a sus oponentes, limitar la libertad de expresión y de prensa, y socavar la democracia. Esta estrategia consiste en utilizar los tribunales y la ley para instaurar procesos falsos, exagerados o políticamente motivados contra oponentes, para así atacar su reputación y debilitar su posición política.

El lawfare se utiliza a menudo en combinación con otras tácticas, como la censura, la intimidación, la vigilancia, la propaganda y el control de los medios de comunicación como sucede en México. 

Los políticos que se enfrentan a cargos falsos y a procesos judiciales largos y costosos a menudo pierden su capacidad para influir en la política y las decisiones públicas, y pueden incluso ser encarcelados injustamente.

El lawfare no sólo es una amenaza para los políticos y las organizaciones que son objeto de esta táctica, sino también para la democracia en sí misma. Al socavar la independencia del sistema judicial y las leyes, se debilita la confianza en las instituciones democráticas y se mina la capacidad de la sociedad para resolver sus problemas de manera justa y equitativa.

Incluso en nuestro país se encuentran adoctrinando, así como capacitando jueces y magistrados desde Estados Unidos en sus universidades, para la práctica del Lawfare, con fines políticos en favor del conservadurismo que ha dominado el sistema judicial por décadas, convirtiendo a  la Suprema Corte en un instrumento político en vez de ser un Tribunal Constitucional en donde se encuentren contemplados todos los sectores de la sociedad, es decir, una Corte balanceada entre liberales y conservadores como sucede en los tribunales más importantes del mundo. 

Para combatir el lawfare, se necesitan medidas concretas para proteger la independencia del sistema judicial y las leyes. Es necesario fortalecer las instituciones y garantizar que los jueces y los fiscales puedan actuar con independencia y sin temor a represalias. También es importante promover la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema judicial y de aplicación de la ley, y fomentar la educación sobre los derechos humanos y las libertades civiles.

En conclusión, el lawfare es una estrategia peligrosa que se utiliza para perseguir y neutralizar a los oponentes políticos, y que puede minar la democracia y la libertad. Es necesario tomar medidas concretas para proteger la independencia del sistema judicial y las leyes, y para fomentar la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema de justicia y de aplicación de la ley. Sólo así podremos garantizar que nuestras democracia siga siendo fuerte  y libre.