Secretario de Educación en Hidalgo usa símbolos religiosos con fines políticos.



Al parecer la indicación de su ídolo Osorio Chon, al mandar a sus “mejores elementos”, es hacer quedar mal a Menchaca, para generar una decepción y pueda regresar la mafia del poder.

El secretario de educación pública, Natividad Castrejon, publicó en sus redes sociales una fotografía con la imagen de la Virgen de Guadalupe, aprovechando una gira de trabajo en Meztitlán. 

Desde nuestro punto de vista, esta actitud del funcionario público es inconstitucional e ilegal, ya que busca generar adeptos con fines políticos, usando imágenes religiosas en sus redes sociales. Lo anterior en virtud de que se inscribió en los cursos de formación política para buscar una senaduria por morena.

Algunos dirán que no tiene nada de malo; sin embargo, existen criterios definidos respectó al Estado de Laicidad que se encuentra en nuestra Constitución.

En los últimos años, se ha generado un intenso debate en México sobre la utilización de símbolos religiosos con fines políticos. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que el uso de símbolos religiosos en los actos políticos públicos puede ser percibido como una violación de los derechos humanos y, por tanto, estar en contra de estas prácticas.

En México, la Suprema Corte de Justicia ha adoptado una postura similar al prohibir estas prácticas en el ámbito gubernamental. En una de sus resoluciones, la Corte sostuvo que “el uso de símbolos religiosos en actos gubernamentales no debe existir, ya que puede ser visto como una forma de violación del principio de laicidad que define a México".

Si bien existe división respecto a este tema, tanto la Corte Interamericana de Derechos Humanos como la Suprema Corte de México han sido claras en su postura respecto a la falta de tolerancia de la utilización de símbolos religiosos en actividades políticas. Al respecto, señalan en ambos contextos, la definición de un estado democrático, pluralista y tolerante requiere de que todas las religiones y credos sean garantizados en términos de libertad religiosa, pero se encuentren separadas del ámbito gubernamental en aras de proteger la laicidad del estado.

Lo anterior, porque ese tipo de actitudes se pueden prestar para la manipulación mental de una ciudadanía que se encuentre poco informada.