Los BRICS buscan excluir a EU de nuevo orden mundial.



Julio Gálvez 

En un escenario geopolítico en constante evolución, un grupo de países emergentes ha estado trabajando para fortalecer su posición y promover un nuevo orden mundial más equitativo y diverso. Este grupo, conocido como BRICS, está compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. A través de su cooperación estratégica, los BRICS buscan desafiar el sistema financiero internacional tradicional y promover una mayor autonomía económica y política.

Una de las características distintivas de los BRICS es su enfoque en la desglobalización, la regionalización y la desdolarización. Este enfoque se ha visto influenciado por la singularidad de la guerra en Ucrania y sus repercusiones en diferentes partes del mundo. La escalada de tensiones ha llevado a estos países a buscar un nuevo orden multipolar, donde la influencia de Estados Unidos sea cuestionada y se busquen nuevas alianzas y formas de cooperación.

El acercamiento de los BRICS al mundo árabe, en particular a través de la estrecha relación con China, ha marcado un cambio significativo en la geoeconomía del Golfo Pérsico. China, como la primera potencia económica global, ha captado la atención de las petromonarquías árabes, que buscan diversificar sus inversiones y reducir su dependencia del dólar estadounidense. Se estima que para 2030, las inversiones soberanas acumuladas provenientes de los fondos estatales de la región podrían alcanzar entre 2 y 10 billones de dólares.

Este aumento en las inversiones de las petromonarquías árabes representa una cantidad significativa de dinero, comparable al PIB de India. Es un indicador claro de la importancia que el petróleo todavía tiene en la economía mundial y del papel que estas naciones desempeñan en el panorama global.

Además, la readmisión de Siria a la Liga Árabe después de una ausencia de 12 años y la visita de una comitiva de la Liga Árabe a la provincia autónoma islámica de Xinjiang en China son señales de la creciente cooperación y confianza entre estas regiones. Estas acciones también han desestimado las acusaciones de persecución de los uigures, que han sido ampliamente difundidas por la propaganda anglosajona.

El comercio entre China y los países árabes ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, alcanzando los 430 mil millones de dólares en 2022. A pesar de las presiones ejercidas por Estados Unidos para limitar la conectividad entre Arabia Saudita y China, estos esfuerzos no han tenido el efecto deseado.

En conclusión, los eventos recientes demuestran la creciente influencia de los BRICS y su búsqueda de un nuevo orden mundial más equilibrado y diverso. El acercamiento de los países árabes a China y la visita estratégica del presidente de Irán al "triángulo maldito" del Caribe refuerzan la idea de desafiar la influencia de Estados Unidos y promover una mayor autonomía económica y política. Estamos siendo testigos de un cambio en la geoeconomía global y la configuración de alianzas que podrían tener un impacto duradero en el sistema financiero internacional.