Abandono de los pueblos mágicos de Hidalgo.



En el pintoresco estado de Hidalgo, conocido por sus hermosos pueblos mágicos y destinos turísticos, surge una preocupante realidad: el desorden en la Secretaría de Turismo, liderada por Liz Quintanar. A medida que este semanario se aventura por los encantadores pueblos de Huasca y Mineral del Monte, un cuadro desolador se revela ante nuestros ojos.

El problema más evidente es el estado de las vías de comunicación, plagadas de baches y obstáculos que dificultan la llegada de visitantes. Sin embargo, este es solo el comienzo de una serie de descuidos que han dejado a los comerciantes y empresarios turísticos en la deriva después de la pandemia por COVID-19.

Una de las quejas más destacadas es la falta de señalizaciones e información turística en los lugares que deberían ser los tesoros de Hidalgo. Los turistas, ansiosos por explorar las riquezas de la región, se ven frustrados al no encontrar guía ni indicaciones claras. Este vacío informativo deja a los viajeros sin dirección, disminuyendo su experiencia y afectando negativamente a la economía local.

Llama la atención que, en medio de este caos turístico, la Secretaria Liz Quintanar pareciera priorizar su presencia en las redes sociales y sus aspiraciones políticas en lugar de cumplir con sus responsabilidades. Mientras los lugares turísticos languidecen, su enfoque se desvía hacia objetivos personales en lugar de atender las necesidades urgentes de los pueblos mágicos de Hidalgo.

Es hora de que la Secretaría de Turismo de Hidalgo recupere su rumbo y se enfoque en su verdadera misión: promover y proteger la riqueza turística del estado. Los comerciantes y empresarios turísticos merecen un aliado comprometido, y los visitantes merecen una experiencia memorable. Liz Quintanar y su equipo deben reorientar sus esfuerzos hacia el servicio público y cumplir con las expectativas de aquellos que buscan descubrir la magia de Hidalgo.