Hematoma subdural: qué es?

¿QUÉ ES UN HEMATOMA SUBDURAL?

Es una acumulación de sangre entre la cubierta del cerebro (duramadre) y la superficie del cerebro.

Causas

Un hematoma subdural es a menudo el resultado de un traumatismo craneal grave. Este tipo de hematoma subdural se encuentra entre el más letal de todos los traumatismos craneales. El sangrado llena la zona cerebral rápidamente, comprimiendo el tejido cerebral. Esto a menudo ocasiona traumatismo craneal y puede llevar a la muerte.

Los hematomas subdurales también se pueden presentar después de un traumatismo craneal menor. La cantidad de sangrado es menor y ocurre más lentamente. Este tipo de hematoma subdural a menudo se observa en adultos mayores. Pueden pasar desapercibidos por varios días a semanas y se denominan hematomas subdurales crónicos.

Con cualquier hematoma subdural, las pequeñas venas que están entre la superficie del cerebro y su cubierta externa (la duramadre) se estiran y se rompen, permitiendo que la sangre se acumule. En adultos mayores, las venas a menudo ya se han estirado debido al encogimiento cerebral (atrofia) y se lesionan más fácilmente.

Algunos hematomas subdurales ocurren sin causa (espontáneamente).

Los siguientes factores incrementan el riesgo de sufrir un hematoma subdural:

Medicamentos anticoagulantes (como warfarina o ácido acetilsalicílico [aspirin])

Consumo prolongado de alcohol

Afecciones médicas que provocan que su sangre no coagule correctamente

Traumatismo craneal repetitivo, como derivado de las caídas

Ser muy joven o de muy avanzada edad

En bebés y niños pequeños, un hematoma subdural puede ocurrir después de sufrir abuso infantil y comúnmente se ven en una afección llamada el síndrome del niño maltratado

Síntomas

Dependiendo del tamaño del hematoma y del lugar en donde ejerce presión sobre el cerebro, se puede presentar cualquiera de los siguientes síntomas:

-          Lenguaje confuso o mal pronunciado

-          Dificultad con el equilibrio o la marcha

-          Dolor de cabeza

-          Falta de energía o confusión

-          Convulsiones o pérdida del conocimiento

-          Náuseas y vómitos

-          Debilidad o entumecimiento

-          Problemas de visión

-          Cambios de comportamiento o psicosis

-          En bebés, los síntomas pueden incluir:

-          Fontanelas abultadas (los puntos blandos en el cráneo del bebé)

-          Suturas separadas (las áreas en donde se unen los huesos del cráneo a medida que crecen)

-          Dificultades en la alimentación

-          Convulsiones

-          Llanto agudo, irritabilidad

-          Aumento del tamaño de la cabeza (circunferencia)

-          Aumento de la somnolencia o letargo

-          Vómito persistente