No hay que creerle a las encuestas.


Jorge Montejo

Desde los días del Partido Revolucionario Institucional (PRI), las encuestas en México han sido objeto de controversia y sospecha. Durante el dominio del PRI, las encuestas de Mitofsky eran utilizadas como una herramienta para respaldar la narrativa del partido en el poder. Hoy en día, esa misma dinámica parece repetirse con Morena.

Massive Caller, conocida por sus aciertos en favor de Morena en elecciones anteriores, ahora presenta a Xóchitl Gálvez como líder en las encuestas. Este cambio abrupto ha suscitado dudas sobre la integridad y la imparcialidad de las encuestas en el país.

Se puede concluir que en México, las casas encuestadoras están influenciadas por intereses políticos y económicos, sirviendo al mejor postor en lugar de proporcionar una imagen objetiva de la realidad electoral. Este fenómeno plantea serias interrogantes sobre la confiabilidad de las encuestas y su impacto en la percepción pública de las preferencias electorales.

Por lo anterior, las casas encuestadoras en México, se venden al mejor postor, incluso Morena las utiliza para generar un estigma mental en la población de qué se encuentran arriba en las preferencias electorales, para de esta forma ir manipulando la opinión pública, tal como hacía el PRI con consultas Mitofsky.



En este orden de ideas, cada ciudadano debe estar informado para formarse su criterio propio y así ejercer libremente su derecho a votar. En una democracia deben existir diversidad de opiniones y todas deben contar.

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Pd. Que habrá pasado realmente con Massive Caller, porque ahora Morena defiende las encuestas de El Universal y Mitofsky como en las épocas del PRI, quizás porque realmente son lo mismo.