
Alonso Quijano
El diputado federal Cuauhtémoc Blanco, también conocido por su peculiar estilo para gobernar y ahora para legislar, acudió este miércoles a la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales de Morelos. ¿El motivo? No, no fue a declarar, ni a disculparse, ni a aclarar los hechos… simplemente fue a “conocer” la carpeta de investigación que se abrió en su contra por el delito de violación en grado de tentativa. Porque claro, qué mejor manera de enfrentar la justicia que asomarse por la puerta a ver “de qué se trata”.
Como era de esperarse, Blanco no perdió la oportunidad para victimizarse: acusó que todo se trata de una “revancha política” orquestada por sus viejos enemigos, el exfiscal Uriel Carmona y el exgobernador Graco Ramírez. Nada nuevo bajo el sol morelense: cuando las denuncias aprietan, la culpa siempre es del pasado.
Mientras tanto, el diputado sigue tan blindado como confiado, gracias a la Cámara que decidió no retirarle el cargo. Porque en este país, para algunos, la justicia se enfrenta solo cuando uno se jubila… o se queda sin fuero.