Jonathan y Mauricio: víctimas de represión obligados a disculparse por delitos que no cometieron



El secretario de gobierno de Hidalgo Guillermo Olivares con ayuda de Ana Karen Parra mandó detener a dos inocentes de manera injustificada para sus sucios juegos políticos

Ricardo Montoya

Aunque no hay videos (ni siquiera los de C5 que es lo más extraño) de la supuesta agresión a los policías que nunca dieron la cara en la audiencia inicial, y tras ser golpeados y rapados en el Centro de Reinserción Social (CERESO) de Pachuca, Mauricio y Jonathan los dos jóvenes detenidos el 8 M acusados de agredir a los granaderos que resguardaban el Palacio de Gobierno de Hidalgo fueron obligados a declararse culpables y a ser exhibidos ante la prensa para pedir disculpas por algo que no cometieron.

A pregunta de la prensa dijeron que no estuvieron incomunicados,lo cual en el caso de Mauricio es una verdad a medias porque con la única que tuvo contacto fue con una hermana que labora en el mismo gobierno y que para quedar bien con Guillermo Olivares, lo convenció de que se inculpara a cambio de una humillante liberación.

En el caso de Jonathan, no se le permitió ningún contacto ni con su amigo Alex ni Geofneidy, esa gran amiga que fue golpeada por uno de los ministeriales vestidos de civil cuando trató de evitar la detención de ambos y la cual aportó el video clave que muestra que no fueron capturados en flagrancia en Plaza Juárez sino en Avenida Guerrero de forma ilegal.
Por cierto, hizo un gran esfuerzo para lograr obtener el vídeo de la detención en avenida Guerrero, que derribó la versión oficial de que habían sido capturados en Plaza Juárez.

También aportó los otros videos que demostraron que no pertenecían a ningún grupo de choque ya que entre las 14 y 16.30 horas estaban en una peluquería cortándose el pelo.

Los integrantes de un grupo de choque o infiltrados suelen presentarse temprano en el lugar dónde van a causar destrozos, con los rostros cubiertos. Es ilógico que sí Mauricio y Jonathan eran parte de uno de esos grupos y tenían la intención de ir a Plaza Juárez a provocar disturbios, hubieran ido antes a la peluquería para arreglarse el cabello entre las 14 y 16.30 horas de la tarde,en los momentos en que se dieron los primeros acontecimientos violentos de la policía hacía las feministas.

Todo esto aunado a la complicidad de la Comisión de los Derechos Humanos de Hidalgo encabezado por Ana Karen Parra Bonilla que en ningún momento abrió ninguna queja de oficio y que de forma sistemática se prestó a favorecer la criminalización de los muchachos.
Bajo está red de complicidades están los "abogados" de los muchachos, que en la audiencia inicial no solicitaron al juez de consigna Becerra llamar a declarar a Geofneidy, única testiga de los hechos ni hicieron nada para que los videos fueran incluidos cómo pruebas lo que demuestra que o son bastantes ineptos o bien se vendieron. O las dos cosas a la vez.

Aunque los tinterillos de cuarta en una rueda de prensa reconocieron que ambos jóvenes habían sido golpeados y rapados en el penal antes de que se les vinculara a proceso penal, no interpusieron ningún recurso legal para exigir que se investigaran esos actos de tortura y degradación.

Tampoco la CDHEH inició una queja de oficio por estos hechos de tortura lo que muestran el grado de complicidad de su títular Ana Karen Parra con el gobierno estatal.

Lo más irónico del asunto es que cuando estaban detenidos, las autoridades les dijeron a Mauricio y a Jonathan que por "culpa" de la manifestación organizada por Alex y Geofneidy en la CDHEH; las declaraciones a la prensa que hicieron y la exhibición de los videos y las columnas de la activista Haydée Franco, no pudieron salir de la cárcel antes cuando en realidad fue todo lo contrario. El gobierno, en particular Guillermo Olivares no tenía forma de justificar la detención y sabía bien que iban a quedar libres durante el juicio ante la falta de pruebas en su contra.
Por eso puso en práctica lo que ya había hecho con los detenidos de Molango: les vendió como un favor el liberarlos a cambio de exigirles humillantes disculpas, y permitir exhibirse, rapados y vestidos como delincuentes que no son.

En el caso de Mauricio, sus familiares que laboran en el gobierno, les importó más cuidar sus intereses que la dignidad de Mauricio.

Si no hubiera sido por Alejandro y Geofneidy, seguirían encerrados y procesados con irregularidades, con jueces de consigna que los hubieran condenado a pasar en prisión entre 8 y 10 años.

No obstante, al final se sabe la verdad y tarde temprano Mauricio y Jonathan entenderán qué fue lo que pasó en esos días que estuvieron incomunicados.