Yndira Sandoval y la Estrategia del No llegamos todas



Por Dra. Haidee Franco

El reciente rechazo del Congreso mexicano para desaforar a Cuauhtémoc Blanco, con el respaldo de Morena, PRI y PVEM, ha generado indignación entre colectivas feministas que denuncian la impunidad y protección institucional hacia figuras del poder acusadas de actos graves. Pero lo que más resalta en este conflicto es cómo Yndira Sandoval ha utilizado este hecho para posicionarse políticamente y atacar estratégicamente tanto a Morena como, de manera indirecta, a la presidenta Claudia Sheinbaum.

Desde su liderazgo en Las Constituyentes CDMX Feministas y su participación en TODAS Mx, Sandoval ha construido un discurso que pretende erigirse como la voz genuina del feminismo independiente. Sin embargo, su uso calculado del caso Cuauhtémoc Blanco deja ver que su estrategia va más allá de una denuncia legítima: se trata de un esfuerzo claro por proyectar su liderazgo como la alternativa auténtica frente a un Morena que efectivamente ha dejado vulnerables a las mujeres más desprotegidas.

Lo que está pasando:

1. El uso político del desafuero:

Para Yndira Sandoval, la negativa del Congreso para desaforar a Cuauhtémoc Blanco se convierte en una evidencia de que las mujeres en el poder vinculadas a Morena no representan realmente a las víctimas de violencia y exclusión. Pero su uso del caso tiene un propósito mucho más amplio que señalar la impunidad.

Al apropiarse de la frase “NO LLEGAMOS TODAS”, Sandoval resignifica deliberadamente el lema de Claudia Sheinbaum “No llego sola, llegamos todas”. Este movimiento no es accidental. Busca despojar a Sheinbaum de su narrativa de inclusión para convertirla en un símbolo de exclusión y complicidad con el poder patriarcal. La consigna de Sandoval no solo denuncia la impunidad, sino que se convierte en un ataque calculado para proyectarse como la voz auténtica de un feminismo que se niega a aliarse con quienes perpetúan pactos de impunidad.

2. El uso estratégico de “Ningún agresor en el poder”:

Uno de los elementos clave en la estrategia política de Yndira Sandoval es su promoción de la consigna “Ningún agresor en el poder” como parte de su trabajo para impulsar la Ley 3 de 3 contra la violencia de género. Este lema, aunque ampliamente utilizado en el movimiento feminista, ha sido adoptado por Sandoval como un símbolo de su lucha contra la impunidad de agresores que acceden a cargos públicos.

La frase “Ningún agresor en el poder” ha sido utilizada por Sandoval para reforzar la narrativa de que Morena y Claudia Sheinbaum no representan adecuadamente a las mujeres que sufren violencia, sino que protegen a quienes las violentan. Al posicionarse como la impulsora principal de esta demanda, Sandoval intenta consolidar su liderazgo como la única voz legítima que denuncia la complicidad patriarcal.

Sin embargo, su uso de esta consigna también refleja un cálculo político evidente: presentarse como la única figura capaz de garantizar justicia para las mujeres, mientras erosiona la legitimidad de Morena y su liderazgo femenino.

3. Construcción de una oposición feminista a Morena:

La intención de Yndira Sandoval de crear un partido político feminista no se trata solo de ofrecer una representación alternativa. Su proyecto busca establecerse como la verdadera oposición ética y política frente a un sistema que, en efecto, ha fallado en proteger a las mujeres. Pero lo que resulta cuestionable es cómo esta narrativa está encontrando eco en colectivas feministas, especialmente en Hidalgo, donde la corrupción, la violencia de género y la impunidad son constantes que no han sido atendidas adecuadamente.

En un estado donde la impunidad y la violencia de género son problemas sistemáticos, el discurso de Yndira Sandoval encuentra un terreno fértil para construir un liderazgo político que pretende desafiar a Morena y, especialmente, a Claudia Sheinbaum. Pero su estrategia no se limita a denunciar la impunidad; pretende consolidar un proyecto de poder que se presenta como la única alternativa válida frente al feminismo institucionalizado.

4. El desafío estratégico a Claudia Sheinbaum:

Al resignificar la frase de Claudia Sheinbaum y capitalizar la consigna “Ningún agresor en el poder”, Sandoval busca posicionarse como la verdadera defensora de las mujeres que Morena ha dejado fuera de su discurso de inclusión. Pero su uso de estos lemas no es un simple acto de justicia; es un intento calculado por construir un poder propio que se presente como legítimo ante el desencanto de quienes no encuentran representación genuina en Morena.

Conclusión: La Crisis que Alimenta la Oposición Feminista

El uso de frases como “No llegamos todas” y “Ningún agresor en el poder” por parte de Yndira Sandoval es un acto político calculado que pretende posicionarla como la verdadera voz de un feminismo que desafía tanto a Morena como al liderazgo de Claudia Sheinbaum. Pero la contradicción es evidente: mientras denuncia la impunidad de Cuauhtémoc Blanco y promueve la Ley 3 de 3 contra la violencia de género, Sandoval también utiliza esa indignación legítima para proyectar un liderazgo personal que se presenta como la única opción auténtica.

En un estado como Hidalgo, donde la corrupción, los feminicidios y la violencia de género no son atendidos, su discurso encuentra eco en colectivas feministas que buscan desesperadamente justicia. Pero lo que parece ser un liderazgo ético también muestra su carácter oportunista al aprovechar esas demandas para consolidar un proyecto político que desafía no solo a Morena, sino especialmente a Claudia Sheinbaum.

La verdadera transformación feminista no se construye sobre un oportunismo político que utiliza la indignación legítima de las mujeres para proyectar un liderazgo personal. Si la intención es desafiar el poder patriarcal, debe hacerse desde la coherencia, la construcción colectiva y la justicia genuina, no desde el uso calculado de consignas que solo buscan ocupar un lugar en el poder que dicen combatir.