Trump hunde al dólar en mínimos históricos



María Gil

La tormenta perfecta se desató este lunes sobre el dólar estadounidense, que sufrió un desplome significativo en los mercados internacionales en medio de una creciente desconfianza de los inversionistas respecto al rumbo económico de Estados Unidos. El epicentro del sismo: las declaraciones del presidente Donald Trump, quien, fiel a su estilo, volvió a sacudir el tablero institucional al insinuar su intención de remover a Jerome Powell de la presidencia de la Reserva Federal (Fed), una acción que, aunque legalmente cuestionable, ha encendido todas las alarmas sobre la ya debilitada percepción de autonomía del banco central.

El golpe de gracia vino el viernes pasado, cuando Kevin Hassett, asesor económico de la Casa Blanca, confirmó que el equipo de Trump está "estudiando" si puede despedir a Powell, solo un día después de que el presidente dijera abiertamente que su destitución “no puede llegar lo suficientemente rápido”. Este tipo de presiones —inusuales incluso para los estándares de Trump— provocaron una inmediata reacción en los mercados cambiarios, donde el dólar fue abandonado por los inversionistas como si se tratara de un barco a punto de hundirse.

El desplome fue tan agudo que el dólar tocó mínimos de una década frente al franco suizo, cayendo más de un 1% hasta los 0.8069. El euro, por su parte, rompió la barrera de los 1.15 dólares, alcanzando un pico de 1.1532, su nivel más alto desde noviembre de 2021. El dólar neozelandés también se apuntó a la fiesta, superando los 0.60 por primera vez en más de cinco meses.

La situación se agrava al considerar que estos movimientos se produjeron en un lunes de Pascua con varios mercados clave —como los de Australia, Hong Kong y gran parte de Europa— cerrados, lo que normalmente reduce el volumen de operaciones y, en teoría, amortigua la volatilidad. Pero no esta vez.

“Powell no depende directamente de Trump, por lo que (Trump) no puede despedirlo. Solo puede ser destituido siguiendo ciertos procedimientos”, explicó Vishnu Varathan, director de análisis macroeconómico de Mizuho para Asia, excluyendo Japón. “Pero, ¿puede el presidente mover los hilos para socavar la independencia percibida de la Fed? Por supuesto que sí”. Y eso, precisamente, es lo que los mercados han entendido como una amenaza sistémica.

La libra esterlina también se vio beneficiada, subiendo más de un 0.5% hasta 1.3385 dólares, su mejor nivel desde el 1 de octubre, mientras que el dólar australiano trepó hasta los 0.6427, una cota no vista en cuatro meses. Por su parte, el yen japonés alcanzó un mínimo de siete meses para el dólar, que cayó a 140.61 yenes. Datos recientes de la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) revelan que las posiciones largas netas en yenes alcanzaron niveles récord al cierre de la semana del 15 de abril, confirmando el éxodo de capitales hacia monedas percibidas como refugio seguro.

La credibilidad del dólar, como activo global de referencia, ha sido históricamente sostenida por la confianza en sus instituciones, en especial la Reserva Federal. Pero si Trump continúa su cruzada personal para convertir al banco central en un apéndice de sus impulsos políticos, no solo la moneda, sino toda la arquitectura financiera de Estados Unidos, podría comenzar a resquebrajarse. La caída del dólar de este lunes no es una anécdota: es una advertencia.