
Alonso Quijano
En un operativo coordinado entre el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y la Aduana de Lázaro Cárdenas, Michoacán, fueron destruidos 10,892 juguetes tipo LEGO que infringían derechos de propiedad intelectual. Los productos imitaban diseños protegidos por la marca danesa y habían sido asegurados durante procedimientos de inspección por presuntas violaciones al modelo industrial del icónico bloque de construcción.
La destrucción se llevó a cabo a solicitud de LEGO, después de agotar el procedimiento administrativo correspondiente ante el IMPI y con el consentimiento de las partes involucradas. El titular del IMPI, Santiago Nieto Castillo, explicó que esta acción se enmarca en la estrategia “Medidas en Frontera”, un mecanismo legal que permite a las autoridades incautar mercancía infractora desde su entrada al país, previa denuncia de los titulares de derechos marcarios. “Estas acciones forman parte de la segunda etapa de la ‘Operación Limpieza’, impulsada por el Gobierno de la República y la Secretaría de Economía para combatir la piratería y fortalecer el estado de derecho”, señaló Nieto.
Por su parte, Arturo Ishbak, representante de LEGO en América Latina, afirmó que la empresa mantiene una política de “Cero Tolerancia” hacia la piratería. “No solo defendemos nuestros derechos de propiedad intelectual, sino también la integridad de nuestros consumidores. Garantizar que los productos sean seguros y de calidad es parte fundamental de nuestra misión”, subrayó.
Desde el IMPI se enfatizó que este tipo de operativos no solo protegen a empresas internacionales con presencia en México, sino que sientan un precedente para fomentar la cultura de la legalidad, el respeto a la innovación y la competitividad justa. La institución reiteró su compromiso de seguir trabajando de la mano con empresas, autoridades aduaneras y organismos internacionales para contener la entrada de mercancía pirata, particularmente en sectores como el de juguetes, tecnología, moda y medicamentos, donde las falsificaciones representan un riesgo no solo económico, sino también sanitario y social.