El Embajador que Conquistó al Papa: La Anécdota de Don Agustín Téllez Cruces



Julio Gálvez

En el vasto mosaico de historias diplomáticas mexicanas, pocas son tan entrañables y significativas como la anécdota que protagonizó don Agustín Téllez Cruces cuando fungió como embajador de México ante el Vaticano. Esta singular historia fue compartida directamente por don Agustín al ex gobernador de Hidalgo, Jorge Rojo Lugo, y hoy revive como un testimonio de ingenio y mexicanidad ante el líder espiritual más influyente del siglo XX.

Corría el tiempo en que don Agustín Téllez Cruces llegó a la Ciudad del Vaticano para asumir su cargo como representante de México. Era un momento crucial, una primera audiencia que marcaría el rumbo de su gestión diplomática. Al llegar a la Santa Sede y en su primer encuentro con el Papa Juan Pablo II, el Sumo Pontífice, en un gesto de cortesía y genuina preocupación, le preguntó al nuevo embajador:

—¿Cómo se encuentran el 80% de los católicos en México?

Sin titubear, y con una sonrisa que reflejaba el espíritu del pueblo mexicano, don Agustín replicó:

—¡Santidad, en México hay 120% de guadalupanos!

La respuesta, cargada de orgullo y devoción mariana, dejó perplejo y a la vez encantado al Papa Juan Pablo II. No solo rompió el hielo de aquella formal audiencia, sino que sembró una semilla de curiosidad y afecto que el Pontífice nunca olvidaría. Tanto así que, posteriormente, el Papa polaco terminaría visitando México en múltiples ocasiones, siempre acogido con el fervor que su figura generaba en el país.

Esta anécdota no solo refleja el ingenio de don Agustín, sino también el vínculo especial entre México y el Vaticano, una conexión fortalecida por la fe guadalupana que trasciende cifras y estadísticas.

Su nombramiento fue significativo en el contexto de la normalización de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede, las cuales fueron restablecidas formalmente en 1992 tras más de 130 años de interrupción.

¿Quién fue don Agustín Téllez Cruces?

Don Agustín Téllez Cruces fue un destacado político, diplomático y hombre de cultura mexicano. Durante su extensa carrera, ocupó diversos cargos de relevancia en la administración pública. Fue gobernador del estado de Guanajuato y senador de la República. Además, tuvo una notable trayectoria en el servicio exterior, destacándose su encomienda como embajador de México ante el Vaticano, donde dejó una huella imborrable por su carisma y habilidad para representar al pueblo mexicano ante la Santa Sede.

Antes de su destacada carrera política y diplomática, don Agustín también tuvo una etapa profesional en el Poder Judicial Federal, trabajando en el Juzgado de Distrito en el Estado de Hidalgo y como Ministro de la Corte. Esta experiencia jurídica cimentó su comprensión de la ley y su vocación de servicio público.

Más allá de su faceta política y diplomática, don Agustín era un hombre profundamente cultivado y amante de la poesía. Una de sus características más memorables era su capacidad para recitar poemas de memoria, deleitando a quienes lo escuchaban. En ocasiones, cuando alguien se lo pedía, accedía con gusto y dejaba escapar versos que resonaban con el alma de un hombre apasionado por las letras.

Siempre recordado por su ingenio, su talento para el diálogo, su cultura y su profundo sentido de identidad mexicana, don Agustín Téllez Cruces sigue siendo una figura respetada tanto en el ámbito político como en el diplomático.



En aquella conferencia también estuvo presente el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, amigo personal de varios de los asistentes y de los conferencistas. Las fotografías que ilustran este artículo fueron tomadas hace 14 años, durante un evento celebrado en la Casa de la Cultura Jurídica de la ciudad de Pachuca. En esa ocasión, se impartió una conferencia conjunta del abogado Juan Velázquez y la doctora Carla Pratt. Entre los asistentes se encontraba también don Agustín Téllez Cruces, acompañado de su sobrino, el reconocido abogado penalista Carlos Pratt Straffon, amigo también de Juan Velásquez, el abogado del diablo.



…Siempre recordado por su ingenio, su talento para el diálogo, su cultura y su profundo sentido de identidad mexicana, don Agustín Téllez Cruces sigue siendo una figura respetada tanto en el ámbito político como en el diplomático. 

Y es precisamente ese ingenio, esa astucia diplomática y esa sensibilidad para interpretar el alma del pueblo mexicano —capaz incluso de conquistar al mismísimo Papa Juan Pablo II y traerlo una y otra vez a tierras mexicanas— lo que hoy necesita con urgencia la doctora Claudia Sheinbaum en la nueva etapa que está por iniciar para nuestro país.

_____________
Las fotografías de la conferencia fueron tomadas por el suscriptor de este artículo.