Senado financió viaje de Noroña a Europa



Jorge Montejo 

Gerardo Fernández Noroña, el inagotable defensor de la austeridad republicana, decidió darnos una lección de coherencia al celebrar su cumpleaños número 65 en Europa, específicamente en Estrasburgo, Francia. Nada como un viajecito de lujo para reflexionar sobre la lucha del proletariado, ¿no? Al fin y al cabo, hasta los zurdos caviar necesitan un respiro de tanta retórica.

Resulta que el flamante senador se presentó en la Conferencia Europea de Presidentes de Parlamentos, representando dignamente al Senado mexicano con su inconfundible elocuencia y humildad. El detalle está en que mientras se paseaba por tierras europeas, las facturas de su travesía causaron más revuelo que sus discursos. Porque claro, cuando uno se proclama adalid de los pobres, no hay mejor forma de reafirmarlo que viajando en primera clase y disfrutando de viáticos generosos.

Según documentos oficiales del Senado, el costo total del viajecito fue de 157 mil pesos. Eso sí, no faltó el toque de heroicidad en la narrativa del propio Noroña: “Yo pagué la diferencia”, dijo en redes sociales, como si con eso se redimiera de lo esencial. En realidad, el Senado cubrió 91 mil pesos del monto total, incluyendo transporte terrestre en primera clase y, por supuesto, esos cómodos viáticos de casi 48 mil pesos. Y aunque el senador asegura haber reembolsado lo equivalente a la diferencia entre un boleto de turista y su lujosa experiencia en clase ejecutiva, la realidad es que el grueso del gasto lo asumieron los mexicanos, quienes gustosamente financiaron el capricho de nuestro revolucionario favorito.

Noroña no dejó de lado su estilo combativo, señalando a quienes lo critican por gastar recursos públicos. ¡Faltaba más! ¿Qué no saben que representar al pueblo también incluye un viajecito de vez en cuando? Total, entre discursos sobre igualdad social y denuncias al capitalismo, siempre queda espacio para un paseo internacional en asientos acolchonados. Después de todo, uno no cumple 65 años todos los días y bien merece la pena darse un gustito.

Los internautas no tardaron en cuestionar esta curiosa interpretación de la austeridad republicana. ¿Que si hay contradicción? Para nada, la Cuarta Transformación ya demostró que las clases populares también pueden soñar con una vida de comodidades… siempre y cuando se tenga el puesto correcto. Y si algún incauto osa preguntar por la coherencia, seguro que Noroña lo tildará de reaccionario, neoliberal y, obviamente, desinformado.

Mientras tanto, algunos seguidores del senador aseguran que su compromiso sigue siendo genuino. Porque, claro, ser de izquierda no implica renunciar a la comodidad. Es más, a veces resulta inspirador ver cómo alguien que predica la humildad logra disfrutar de los privilegios que tanto critica. ¿Acaso no es un ejemplo de que el socialismo también puede ser glamuroso?

Al final, la polémica se diluye como siempre en redes sociales, donde la indignación es efímera y el sarcasmo impera. Noroña regresará a sus actividades cotidianas, seguro de que su misión es tan noble como siempre, mientras sus detractores no dejarán de preguntarse cuándo renunciará a esa coherencia a ratos tan selectiva. Pero tranquilos, compatriotas, que Noroña seguirá en su lucha por la justicia social… aunque tenga que hacerlo desde una cómoda butaca de primera clase.